¿»Judonización» de la narrativa retrógrada del rey de julio?


Detrás de la presión para la renuncia del rey Juli, podría haber dinámicas de poder que intentan aprovechar el impulso.


PinterPolitik.com

Las inundaciones masivas que azotaron varias zonas de Sumatra -desde Aceh, en el norte de Sumatra, hasta Sumatra occidental- han vuelto a abrir heridas ecológicas que se han ido acumulando durante décadas.

El impacto no es sólo daño físico y pérdida de vidas, sino también crecientes demandas públicas de transparencia y rendición de cuentas del Estado en el manejo forestal, la planificación espacial y la mitigación de desastres. Como es habitual en situaciones de crisis, varias partes intentan encontrar la causa y la persona que consideran más digna de rendir cuentas.

En medio de este rápido flujo de opiniones, el nombre del Ministro de Bosques, Raja Juli, ha vuelto a ser blanco de críticas. Varios partidos, incluidos varios actores políticos, vincularon este desastre con el desempeño del ministerio que dirigía. La narrativa «El rey Julio debe dimitir» se convirtió entonces en uno de los temas que surgieron en las redes sociales y en los espacios públicos.

Sin embargo, hay cuestiones fundamentales que es necesario considerar. El daño ecológico en Sumatra no es un fenómeno nuevo que haya surgido en los últimos dos años. Varios estudios científicos, incluidos los publicados por WALHI, CIFOR y BRIN, muestran que la degradación forestal y la tala ilegal de tierras se han producido durante años e involucran diversos intereses intersectoriales. Por lo tanto, concluir que un ministro fue el único actor que causó las inundaciones ciertamente simplifica demasiado la complejidad del problema.

Fue en este punto que surgió la sospecha de que la narrativa que se estaba desarrollando no estaba únicamente arraigada en el análisis ecológico, sino que también estaba influenciada por dinámicas políticas que aprovecharon el impulso del desastre. La pregunta es: ¿hay actores que están “judonizando la narrativa”?

¿Desconfía de la judonización narrativa?

En el análisis político, explotar el impulso de una crisis no es un patrón nuevo. Muchos politólogos lo llaman explotación de oportunidades políticas. Charles Tilly y Sidney Tarrow, por ejemplo, explican que los grupos políticos tienden a aprovechar las “ventanas de oportunidad” (es decir, situaciones en las que aumenta la atención pública y se debilitan las estructuras políticas) para impulsar determinadas agendas.

En este contexto, las inundaciones de Sumatra se convierten en un acontecimiento desencadenante, un acontecimiento desencadenante que proporciona al público energía emocional. Esta energía puede luego redirigirse hacia un marco particular: en este caso, la exigencia de la renuncia del Ministro de Bosques. Varios observadores asocian dinámicas de este tipo con el término «judonización narrativa».

Si en el judo el principio fundamental es «máxima eficiencia, mínimo esfuerzo» mediante la explotación del impulso del oponente, en política se puede encontrar un principio similar en una estrategia que los analistas narrativos llaman redirección narrativa. Los actores políticos no necesitan crear nuevos problemas; sólo necesitan aprovechar el impulso existente para dirigir la opinión pública hacia los objetivos deseados.

Hay varios factores que hacen que la narrativa de las demandas de renuncia de funcionarios públicos gane rápidamente resonancia:

1. Necesidad pública de «simplicidad en la complejidad»

Daniel Kahneman explica que los humanos tendemos a buscar las explicaciones más simples para fenómenos complejos. Las crisis ecológicas complejas son más fáciles de entender si se personifican.

2. Sesgo de causalidad instantánea (atribución causal instantánea)

La teoría de la psicología política de Robyn Dawes enfatiza la tendencia del público a vincular dos acontecimientos cercanos como causa y efecto, aunque la relación fáctica sea débil.

3. Encuadre de modelos según Robert Entman

Entman explica que la narrativa política funciona porque selecciona algún aspecto de la realidad y lo resalta repetidamente. En este contexto, inundación → bosque → Ministerio de Silvicultura → Ministro.

Cuando estos tres factores convergen, una narrativa política puede crecer sin tener que involucrarse en un debate sustancial sobre los datos históricos sobre la degradación de la tierra.

Por otro lado, hay hechos a los que vale la pena prestar atención: recientemente se ha visto al Ministerio de Bosques de Raja Juli fomentando activamente acciones contra la minería ilegal en varias áreas de conservación. Junto con Bareskrim, el desmantelamiento de las minas alrededor de Merapi le costó al Estado 3 billones de rupias. Junto con el grupo de trabajo PHK, recientemente también lograron desmantelar la mina ilegal Halimun Salak, causando una pérdida al Estado de 350 mil millones de IDR.

Medidas de aplicación política de este tipo tienen el potencial de alterar los intereses empresariales y ciertas redes de poder.

En la teoría de la política burocrática de Graham Allison, este tipo de conflicto a menudo da lugar a la reacción de partes que se sienten amenazadas. La reacción no tiene por qué adoptar la forma de una confrontación abierta; también puede ser una «estrategia de deslegitimación». No es un ataque frontal, sino un “pequeño tirón” destinado a reducir la posición de un árbitro, igual que la técnica del judo que utiliza una pequeña cantidad de fuerza para desequilibrar a un oponente.

Este fenómeno tiene una contraparte interesante en la cultura popular, por ejemplo en la serie política “House of Cards” o el anime “Attack on Titan”. Allí, los personajes políticos no crean crisis, sino que utilizan las crisis existentes como palanca para fortalecer sus posiciones o derrocar a otros partidos. El término «judo narrativo» se utiliza a menudo en estudios culturales y de medios para describir la capacidad de desviar el impulso público hacia ciertos objetivos políticos.

En el contexto de las inundaciones de Sumatra, la supuesta existencia de actores que «desviaron el impulso» no es una afirmación definitiva, sino un enfoque analítico válido para comprender la dinámica de la política indonesia.

Sin embargo, el rey Julio todavía necesita ser criticado.

Aunque el supuesto uso del impulso político puede reconocerse como un patrón general en la dinámica del poder, es importante enfatizar que la existencia de maniobras políticas no elimina automáticamente la necesidad de criticar a Raja Juli como Ministro de Bosques.

La destrucción de los bosques de Sumatra es de hecho una acumulación de políticas entre regímenes, pero el ministerio todavía tiene la responsabilidad de monitorear activamente, detectar tempranamente y mitigar los riesgos. En la perspectiva de la responsabilidad burocrática (Herbert Simon; Bovens), aún se debe pedir a cada funcionario público que demuestre una capacidad adecuada de adaptación y respuesta cuando surge una amenaza ecológica, independientemente de quién haya sido el perpetrador en el pasado.

Y al final, esta narrativa no quiere decir que haya ciertos actores que definitivamente estén realizando maniobras. Más bien, se trata de ofrecer una perspectiva analítica de que en política, el impulso suele ser más decisivo que el argumento sustantivo. La energía emocional del público puede redirigirse, reformularse o utilizarse como punto de apoyo para impulsar un cambio de poder.

Las narrativas políticas, al final, se parecen a la trama de una película: tocan emociones, generan tensión y crean personajes que son vistos como la causa. Sin embargo, así como las películas pueden guiar a los espectadores a ciertas conclusiones, los internautas también necesitan desarrollar hábitos críticos antes de simplemente aceptar la dirección de la narrativa que emerge.

En medio de una crisis ecológica real que requiere soluciones a largo plazo, es importante ser cauteloso al leer la dinámica política. No todas las demandas surgen de un análisis justo y no todas las críticas pueden separarse de una agenda más amplia. El público no tiene por qué ser escéptico, pero sí cauteloso, porque en política, como en el judo, el impulso es a menudo mucho más peligroso que el poder. (D74)



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