Buscar oro en zonas vulnerables

Mataram (ANTARA) – Las mañanas en Dundang Hill, Kuta II Hamlet, Kuta Village, Pujut District, Central Lombok, West Nusa Tenggara (NTB), siempre lucen tranquilas.

La costa se extiende, el sonido de las olas procedentes de Mosrak baña el aire y el floreciente turismo en Mandalika parece prometer un futuro ordenado.

Sin embargo, la calma se rompió cuando llegaron tristes noticias desde las colinas, a sólo cinco minutos en bote desde la costa.

Un minero, Hemaldi, fue encontrado muerto después de haber sido enterrado por un deslizamiento de tierra mientras excavaba en busca de oro en un pozo de minería ilegal que solo llevaba una semana en funcionamiento.

La tragedia abrió los ojos al público sobre el hecho de que a sólo unos kilómetros del circuito de Mandalika se estaban desarrollando en secreto actividades de alto riesgo.

Dundang Hill no es sólo un punto para la exploración salvaje, sino que, debido a que se encuentra en un área de conservación y bosque protegido, la minería allí es propensa a deslizamientos de tierra y está lejos de los estándares de seguridad.

Este incidente también plantea viejas preguntas: ¿cómo pueden sobrevivir las actividades económicas informales frente a una infraestructura turística a escala internacional?

El incidente que le ocurrió a Hemaldi no fue sólo un desastre individual. Es un síntoma de problemas de gobernanza espacial, presión económica y falta de supervisión continua en un área que debería ser la cara visible de las BNA a los ojos del mundo.

Límites de seguridad

Después del incidente del deslizamiento de tierra, la policía se movió rápidamente para verificar el lugar. Las investigaciones muestran que las actividades de extracción de oro en Dundang Hill sólo se llevan a cabo desde hace aproximadamente una semana.

Sin embargo, en ese corto lapso de tiempo, docenas de personas se sintieron atraídas por la noticia del “oro en el acantilado” y vinieron corriendo a excavar. Las imágenes de vídeo de los residentes muestran una situación similar a una lucha por un tesoro en un agujero estrecho.

Detrás del ajetreo y el bullicio, el riesgo nunca vale la recompensa potencial. La posición del hoyo justo en el acantilado costero hace que la estructura del suelo sea muy inestable.

Cuando dos mineros estaban a diferentes profundidades y varias personas más estaban rompiendo rocas en busca de polvo de oro, la pared del acantilado simplemente se derrumbó.

Las evacuaciones fueron realizadas manualmente por colegas que utilizaron manos y azadas, lo que demuestra la ausencia de normas mínimas de seguridad. Tres personas fueron enterradas, dos sobrevivieron y una murió.

El Servicio de Energía y Recursos Minerales (ESDM) de NTB confirmó luego que la ubicación estaba fuera del Área Minera Comunitaria.

Legalmente esta actividad no tiene fundamento para realizarse. Ecológicamente el área forma parte de una zona de conservación y bosque protegido, por lo que no existen actividades extractivas.

Económicamente, su potencial aurífero no ha sido confirmado por ninguna investigación geológica; es más un momento de suerte que una aventura a largo plazo.

La ironía surge cuando, por un lado, los gobiernos regional y central están construyendo Mandalika como un importante centro turístico nacional, pero, por otro lado, el área circundante todavía tiene el potencial de conflicto por el uso del espacio.

Las áreas forestales que deberían protegerse están siendo invadidas por buscadores de oportunidades que ven una oportunidad instantánea.

En este contexto, el incidente de Bukit Dundang es una señal de que el desarrollo físico no siempre va de la mano del fortalecimiento de la conciencia espacial en las bases.

Cuando la noticia de la existencia de oro se difundió de boca en boca, las necesidades económicas inmediatamente anularon la prohibición de las áreas de conservación. Especialmente si la información sobre el estado de la zona no está bien difundida.

El gobierno de la aldea también admite que los mineros no son residentes locales, por lo que existe una brecha de comunicación entre los administradores de la zona y los grupos de inmigrantes que buscan fortuna.

Incluso las noticias sobre ciertos gravámenes que circulan en la comunidad muestran la rapidez con la que se forman ecosistemas informales, aunque su existencia no sea necesariamente cierta.

De hecho, se ha llevado a cabo una supervisión formal. La Policía Central de Lombok llevó a cabo una investigación de la escena del crimen, instaló una línea policial y garantizó que se obtuvieran pruebas para una mayor investigación. El Servicio ESDM junto con BKSDA cerraron el lugar y reafirmaron su estatus legal.

Sin embargo, cerrar el acceso físico no cubre automáticamente motivos económicos. Mientras las necesidades de la vida sigan apremiando y se consideren posibles oportunidades instantáneas, la minería ilegal tiene el potencial de reaparecer en otro momento.

Protegiendo Mandalika

Mandalika es el escaparate de NTB. Cada evento en el área circundante, por pequeño que sea, ayuda a moldear la percepción pública sobre la dirección del desarrollo regional.

Cuando aparecen minas ilegales en un radio de 1,5 kilómetros del circuito internacional, lo que se ve amenazada no sólo es la seguridad de los mineros, sino también la integridad espacial y la sostenibilidad del turismo en sí.

Por lo tanto, las respuestas políticas no pueden limitarse simplemente a cierres y advertencias. La gestión espacial en torno a las zonas turísticas debe llevarse a cabo de forma más sistemática. Hay al menos tres pasos estratégicos que pueden servir de base.

Primero, fortalecer el mapeo de vulnerabilidad en la zona de amortiguamiento de Mandalika. Es necesario cartografiar zonas como Bukit Dundang, que tienen estructuras de suelo inestables, e instalar señales de advertencia permanentes para que el público conozca los riesgos. Una información fácil de entender puede impedir que las personas realicen excavaciones ilegales de forma espontánea.

En segundo lugar, acelerar el mecanismo de seguimiento integrado entre el gobierno local, el gobierno regional, la BKSDA y la policía.

Las medidas reactivas después de un incidente deben ampliarse a patrullas de rutina, canales de denuncia ciudadana y el uso de tecnología simple como sensores de movimiento o cámaras para evitar dragados ilegales. La conectividad entre agencias reducirá el espacio para que crezcan las actividades no autorizadas.

En tercer lugar, proporcionar alternativas económicas concretas para los residentes locales, especialmente aquellos que son vulnerables a verse atraídos por trabajos riesgosos. En una zona que está en auge con la industria del turismo, las oportunidades de trabajo no formal son realmente amplias.

La capacitación breve, la ampliación del acceso a las MIPYMES o los esquemas intensivos en mano de obra podrían ser opciones para reducir el atractivo de la minería ilegal. La gente no correrá riesgos extremos si existen opciones de medios de vida más seguros.

Desde una perspectiva regulatoria, el NTB DPRD, que actualmente está trabajando en regulaciones mineras, podría aprovechar el caso Bukit Dundang como impulso para enfatizar los límites de las áreas mineras comunitarias, los mecanismos de sanción y proteger las áreas de conservación. Las políticas que sean claras y fáciles de entender para el público reducirán las brechas grises que a menudo son aprovechadas por los actores ilegales.

El problema de la minería ilegal de oro no es el único. Está relacionado con las necesidades económicas, la ordenación del territorio, la supervisión y la dinámica social en las principales zonas turísticas. Cuando la seguridad de los residentes se ve amenazada y las áreas de conservación se ven perturbadas, esta cuestión se convierte en una responsabilidad compartida.

Salvar las colinas del dragado ilegal significa salvar vidas, proteger el medio ambiente y mantener la imagen de Mandalika como una zona autorizada a los ojos del mundo.

El incidente de Bukit Dundang debería ser un recordatorio de que el desarrollo no sólo debe crear espacio físico, sino también imponer la conciencia y la responsabilidad colectivas.

Con un compromiso constante, Mandalika puede convertirse en un ejemplo de una zona turística que no sólo es hermosa en la superficie, sino también fuerte en el mantenimiento de su espacio vital.



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