Yakarta (ANTARA) – El director ejecutivo del Instituto Marítimo de Indonesia (IMI), Yulian Paonganan, dijo que la rehabilitación después del desastre de las inundaciones repentinas en Sumatra no debe llevarse a cabo apresuradamente sin solucionar la raíz del problema en el área aguas arriba.
«La falta de comprensión de las condiciones ecológicas después de la inundación en realidad tiene el potencial de desencadenar repetidos desastres en el futuro cercano. Las lluvias extremas debidas a tormentas ciclónicas que duraron días han aniquilado la vegetación restante en las zonas montañosas», dijo Ongen, el apodo de Yulian Paonganan, en un comunicado en Yakarta el domingo.
Según él, esta situación se vio agravada por la deforestación masiva que se venía produciendo desde hacía mucho tiempo, de modo que los árboles que antes funcionaban como retenedores de agua también fueron arrastrados por las inundaciones repentinas.
«Las áreas que han sido arrasadas por las inundaciones ahora están muy expuestas y han perdido sus sistemas naturales de retención de agua. En condiciones como ésta, incluso pequeñas cantidades de lluvia tienen el potencial de provocar inundaciones repentinas nuevamente», afirmó.
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Ongen recordó que el proceso de reconstrucción de infraestructuras y asentamientos sería muy arriesgado si se llevara a cabo sin mejoras integrales en las zonas de inundaciones repentinas, especialmente en las zonas río arriba.
Para evitar que se repitan desastres, Ongen propuso cuatro etapas principales en la rehabilitación posterior al desastre en Sumatra.
En primer lugar, el gobierno debe adoptar inmediatamente tecnología de retención temporal de agua en las zonas río arriba que han perdido vegetación. Esta tecnología puede tomar la forma de «árboles artificiales», tablestacas o terraplenes científicamente diseñados para contener y dirigir el flujo de agua hacia un canal principal de río aguas abajo.
«Esta estructura es temporal, puede durar al menos 20 o 30 años, a la espera de que los resultados de la reforestación crezcan y vuelvan a funcionar como una barrera natural de agua», dijo Ongen.
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Destacó la importancia de involucrar a expertos en hidrología y civiles del agua en el diseño del sistema.
En segundo lugar, Ongen enfatizó la necesidad de una reforestación masiva no sólo en la región de Sumatra, que recientemente fue golpeada por un desastre, sino también en todas las áreas deforestadas en Indonesia que tienen riesgos potenciales similares.
En tercer lugar, la rehabilitación de infraestructuras y asentamientos sólo puede llevarse a cabo después de que las dos etapas iniciales hayan sido realizadas y declaradas ecológica y técnicamente seguras. En cuarto lugar, las zonas que se consideran vulnerables y que ya no son aptas como zonas residenciales deben ser reubicadas y rediseñadas para evitar que se repita la misma tragedia en el futuro.
Ongen enfatizó que las inundaciones repentinas en Sumatra tienen un carácter diferente a los desastres naturales como terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas.
«Este desastre no es un evento cíclico de cientos de años. Es un desastre que se origina a partir de una deforestación masiva. Sin mejoras importantes, eventos similares seguirán repitiéndose incluso con escasas precipitaciones», afirmó Ongen.
Añadió que las zonas montañosas que han perdido sus sistemas de retención de agua se han convertido ahora en puntos críticos permanentes, por lo que la gestión debe basarse en la ciencia, la tecnología y políticas ecológicas de largo plazo.
«Si no solucionamos el problema desde su origen, sólo estaremos ocupados reconstruyendo casas que volverán a ser arrasadas», afirmó Ongen.


