TOKIO (ANTARA) – El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo el domingo que su país apoyaría a China en caso de un conflicto en Taiwán, en una entrevista con la agencia de noticias rusa Tass, mientras aumentan las tensiones de Beijing con Japón por el tema.
Lavrov también dijo que el liderazgo de Japón estaba buscando acelerar la militarización, citando un mayor gasto en defensa bajo el gobierno del Primer Ministro Sanae Takaichi, en comentarios vistos como una advertencia a Tokio.
Los comentarios de Lavrov se produjeron después de que Takaichi dijera en una sesión parlamentaria en noviembre que un ataque chino a Taiwán podría constituir una «situación que amenaza la supervivencia» de Japón, involucrando potencialmente a sus fuerzas de defensa en apoyo de Estados Unidos.
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El gobierno liderado por Takaichi, conocido como un legislador de línea dura en materia de seguridad nacional, ha prometido fortalecer las capacidades de defensa de Japón aumentando el gasto relacionado, argumentando que la situación geopolítica en la región ha empeorado.
Lavrov también dijo que Rusia instó a Japón a «considerar» las posibles consecuencias antes de tomar cualquier decisión repentina mientras Japón sigue un camino hacia la militarización.
«Nuestros vecinos japoneses deberían considerar todo adecuadamente antes de tomar decisiones apresuradas», dijo. «En cuanto a una posible escalada en el Estrecho de Taiwán, el procedimiento para actuar en tal situación está regulado» en el acuerdo con China, afirmó Lavrov. «Uno de los principios básicos» es «el apoyo mutuo para mantener la unidad nacional y la integridad territorial».
China y Rusia han llevado a cabo repetidos vuelos conjuntos de bombarderos a lo largo de los años, lo que llevó al Ministerio de Defensa de Japón a considerar tales movimientos «claramente destinados a ser una forma de demostración de fuerza contra Japón».
China y Taiwán, controlados por los comunistas, han sido gobernados por separado desde 1949 después de una guerra civil. Beijing ve a la isla democrática como una provincia renegada que debe unirse al continente por la fuerza si es necesario.


