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Cuando hablamos de independencia de Indonesia, la mayoría de nosotros imaginamos inmediatamente la lucha física contra los colonialistas. Sin embargo, para Tan Malaka, una de las figuras revolucionarias más brillantes de Indonesia, la independencia tenía una dimensión mucho más profunda. Creía que la verdadera independencia no consistía sólo en expulsar a los holandeses de su patria, sino también en liberar las mentes del pueblo de las cadenas del misticismo y la superstición que habían estado arraigadas durante siglos.
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Las opiniones radicales de Tan Malaka surgieron en el contexto de la tumultuosa lucha por la independencia. En 1925, cuando tuvo que huir a Singapur por su desacuerdo con el plan de rebelión del PKI que consideraba prematuro, Tan no perdió el tiempo en el exilio. En tierras de ultramar, escribió un tratado crítico titulado «Massa Actie» que expresaba sus pensamientos sobre los obstáculos mentales que enfrenta el pueblo indonesio.
En este artículo, Tan Malaka hizo una crítica muy dura: el pueblo indonesio nunca será verdaderamente independiente hasta que se borre la «suciedad sagrada» de sus cabezas. Esta provocadora declaración no es sólo retórica política, sino más bien un diagnóstico profundo del estado mental de la nación, que según él es el principal obstáculo al progreso.
La pregunta entonces es: ¿las críticas de Tan Malaka siguen siendo relevantes para las condiciones contemporáneas de Indonesia? ¿Y por qué un revolucionario del calibre de Tan Malaka se preocuparía tanto por el misticismo en medio de la lucha física contra el colonialismo?
La huida de Tan Malaka y la resistencia intelectual
1925 fue un período crucial en la trayectoria de la vida de Tan Malaka. Cuando el PKI planeó una rebelión armada contra los holandeses que estalló en 1926, Tan adoptó una posición diferente. Con su agudo análisis político, evaluó que la rebelión se llevó a cabo sin la preparación adecuada y que era demasiado pronto para llevarse a cabo. La decisión de no apoyar este plan significó que tuvo que abandonar su tierra natal para trasladarse a Singapur.
En realidad, esta fuga tuvo dos motivaciones. Aparte de los desacuerdos estratégicos con el PKI, el gobierno colonial holandés también empezó a considerar a Tan Malaka demasiado radical y crítico. La amenaza de arresto es cada vez más real, y Singapur es el puerto más cercano para escapar y al mismo tiempo poder pensar en el futuro de Indonesia.
Sin embargo, el exilio no fue el final de la lucha de Tan Malaka. De hecho, en Singapur inició una forma diferente de resistencia: la resistencia intelectual. Utilizando un bolígrafo como arma, escribió «Massa Actie», un tratado que no sólo analiza la estrategia política, sino que también analiza las causas profundas de por qué al pueblo indonesio le resulta difícil lograr una verdadera independencia.
Fue en el exilio donde Tan Malaka desarrolló sus pensamientos sobre las «impurezas sagradas» que más tarde se convirtieron en la base de su crítica del misticismo. Para él, la lucha por la independencia no basta con tomar las armas o realizar acciones de masas. Lo que es más fundamental es cambiar la forma de pensar de la gente, que todavía está encadenada por creencias irracionales.
La experiencia de Tan Malaka como maestro y agudo observador social le hizo darse cuenta de que la creencia en cosas místicas no es sólo una tradición inofensiva. Vio cómo las élites feudales e incluso los colonialistas explotaban esta creencia para perpetuar su dominación. Las personas que creen en la magia, los amuletos y la adivinación tienden a ser pasivas y fácilmente controladas. Esperan un milagro en lugar de tomar medidas racionales para cambiar el destino.
Las críticas de Tan deben entenderse en el contexto de la lucha por la independencia. Observó que los indonesios a menudo tenían más fe en los chamanes, la adivinación o los talismanes que en el poder colectivo y la estrategia política organizada. Cuando se enfrentaron a la opresión colonial, en lugar de organizarse racionalmente, muchos buscaron soluciones a través de prácticas místicas ineficaces.
Tan Malaka cree que la independencia tiene dos dimensiones. La primera dimensión es la independencia política: expulsar a los invasores y apoderarse de la soberanía. Pero la segunda dimensión, que no es menos importante, es la independencia intelectual: liberar la mente de las cadenas de creencias irracionales que inhiben la capacidad de pensar crítica y analíticamente.
La crítica de Tan Malaka se desarrolló más sistemáticamente en su monumental obra «Madilog» (Materialismo, dialéctica y lógica). En el primer capítulo, titulado «Lógica mística», analiza en profundidad cómo el pensamiento místico obstaculiza el progreso de Indonesia. Sostuvo que la lógica mística es la antítesis de la lógica racional necesaria para construir una nación independiente y avanzada.
Barreras a la racionalidad
Tan Malaka no se limita a la crítica superficial de las prácticas místicas. Profundiza para comprender la raíz del problema. En su análisis, la creencia en cosas sobrenaturales, supersticiones y cuentos de hadas en la sociedad indonesia son producto de una mentalidad feudal arraigada durante siglos.
¿Cuál es la relación entre feudalismo y misticismo? En un sistema feudal, el poder se legitimaba mediante narrativas sobrenaturales. Los reyes y nobles afirmaban tener sangre divina, poderes especiales o bendiciones de lo sobrenatural. A los plebeyos se les enseñó a creer que las jerarquías sociales eran la voluntad del destino o fuerzas sobrenaturales a las que no se podía resistir.
Este sistema de creencias es muy eficaz para mantener el status quo. Cuando la gente cree que su destino está determinado por fuerzas sobrenaturales, no intentará cambiar las estructuras sociales que la oprimen. Cuando la pobreza se explica como una maldición o karma, en lugar de como el resultado de la explotación económica, no habrá resistencia a la injusticia.
Tan Malaka observó que esta mentalidad feudal continuó persistiendo incluso después de que el sistema feudal formal comenzó a colapsar. La creencia en poderes sobrenaturales, amuletos y otras prácticas místicas son un legado de formas de pensar feudales que aún viven en la vida diaria de la gente. Y lo más peligroso es que esta mentalidad hace que las personas sean fácilmente manipulables por aquellos que son más racionales e inteligentes.
La visión de Tan Malaka está en consonancia con la teoría de la racionalización y la modernización del famoso sociólogo Max Weber. En su obra «La ética protestante y el espíritu del capitalismo», Weber explica que una de las claves del progreso occidental es el proceso de «desencantamiento del mundo» o eliminación de la dimensión mágica de la visión del mundo. Las sociedades que abandonan el pensamiento mágico y adoptan la racionalidad tienden a ser más avanzadas económica y socialmente.
Weber argumentó que la racionalización permite a la sociedad comprender el mundo a través de causas y efectos predecibles, en lugar de mediante la voluntad de dioses o fuerzas sobrenaturales. Esto permitió el desarrollo de sistemas científicos, tecnológicos y económicos modernos. Una sociedad que todavía está atrapada en una visión mágica del mundo tendrá dificultades para adoptar la forma de pensar necesaria para la modernización.
La crítica de Tan Malaka al misticismo es básicamente un llamado a la racionalización de la sociedad indonesia. Quiere que el pueblo indonesio abandone la forma de pensar místico-feudal y adopte la forma de pensar racional-crítica que se necesita para construir una nación moderna independiente y avanzada.
Sin embargo, la crítica de Tan no significa un rechazo total a la cultura o la espiritualidad. Lo que critica son creencias irracionales que obstaculizan la capacidad de pensar críticamente y tomar medidas racionales para cambiar las condiciones sociopolíticas. Quiere que el pueblo indonesio se convierta en sujetos activos que determinen su propio destino, no en objetos pasivos que esperan la intervención de fuerzas sobrenaturales.
Casi un siglo después de que Tan Malaka escribiera su crítica, la pregunta que formuló sigue siendo relevante: ¿el misticismo y la superstición siguen obstaculizando el progreso de Indonesia? En esta era moderna, todavía vemos con frecuencia los fenómenos que Tan critica: políticos consultando a chamanes, empresas que utilizan amuletos o decisiones importantes basadas en predicciones místicas en lugar de análisis racionales.
En última instancia, como dijo Nelson Mandela, “la educación es el arma más poderosa que se puede utilizar para cambiar el mundo”. Tan Malaka cree lo mismo. Para él, la educación y la iluminación de la mente son las claves para liberar a las personas de las cadenas del misticismo y la mentalidad feudal. Sólo pensando racional y críticamente Indonesia podrá lograr una verdadera independencia y un progreso sostenible.
El legado intelectual de Tan Malaka nos recuerda que la lucha por construir una nación no se trata sólo de infraestructura física o crecimiento económico, sino también de transformación mental. La verdadera independencia comienza con una mente libre de supersticiones y capaz de pensar con lógica para afrontar los desafíos de la época. Es interesante esperar la secuela. (T13)


