¿KPK-AGO «Intercambio»? – PinterPolitik.com


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¿El fortalecimiento de la Fiscalía General marca un nuevo capítulo en la erradicación de la corrupción en Indonesia? Tal vez no se trate de quién gana, sino de cómo está evolucionando nuestro sistema legal.


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En los últimos años, la esfera pública indonesia se ha visto llena de un cambio en el foco de atención hacia la erradicación de la corrupción. Si en el pasado la Comisión para la Erradicación de la Corrupción (KPK) era sinónimo de casos «grandes» – desde la mafia presupuestaria hasta la corrupción de funcionarios centrales – ahora parte del aprecio del público parece dirigirse a la Fiscalía General (Kejagung).

La Comisión para la Erradicación de la Corrupción sigue activa, incluso productiva, pero el enfoque de su trabajo parece estar desplazándose hacia el ámbito regional y a casos que se acercan más a la dinámica local. Mientras tanto, la Fiscalía General descubre repetidamente casos con enormes pérdidas estatales y ejecuta confiscaciones de hasta billones de rupias.

Este fenómeno plantea la pregunta: ¿existe una especie de “intercambio” de roles entre el Comité para la Erradicación de la Corrupción y la Procuraduría General de la República? ¿Es esto una señal del debilitamiento de una institución y del fortalecimiento de otra? ¿O se trata simplemente de una fase natural en la evolución del sistema jurídico indonesio?

Cambios en los patrones de manejo de casos de KPK

El Comité para la Erradicación de la Corrupción informa oficialmente que más de la mitad de los casos que ha manejado en los últimos dos años provienen de gobiernos locales. Desde regentes, alcaldes hasta miembros del DPRD, la mayoría de los casos están relacionados con sobornos en proyectos, compra y venta de puestos y acuerdos de concesión de licencias. Esta figura muestra que la Comisión para la Erradicación de la Corrupción todavía está trabajando agresivamente, pero el énfasis de su trabajo ahora está en las raíces de la corrupción a nivel local.

¿Por qué sucede esto? Hay dos explicaciones simples. En primer lugar, la corrupción regional efectivamente ha aumentado en volumen, principalmente debido a la intensidad de las elecciones regionales directas y la necesidad de recuperar los costos políticos. En segundo lugar, la capacidad del Fiscal General para manejar casos a escala nacional es ahora más sólida que hace una década. Esto significa que no es sólo el Comité para la Erradicación de la Corrupción el que ha cambiado: el mapa de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley en su conjunto también ha cambiado.

En otras palabras, el enfoque del KPK en los casos locales no es simplemente una indicación de debilidad. Puede leerse como una forma de especialización: perfeccionamiento de la función. Asimismo, otras instituciones en algún momento ajustan su posición a los cambios en la estructura estatal.

Al mismo tiempo, la Fiscalía General sigue anunciando la divulgación de casos importantes con enormes pérdidas para el Estado. Casi cada pocos meses se presenta al público información sobre confiscaciones de activos, congelación de cuentas o investigaciones de escándalos de corrupción con estructuras complejas que involucran a corporaciones, el sector de productos básicos e irregularidades regulatorias.

Sin embargo, lo interesante no es sólo el valor del caso, sino también la capacidad interna de la Fiscalía General de la República, que ahora es mucho más sólida. En los últimos años, la Fiscalía General ha consolidado redes regionales de procesamiento, fortalecido la inteligencia procesal y aumentado las capacidades de procesamiento integrado desde el centro hasta los distritos. Esto crea una fuerte cadena de mando y un flujo de aplicación de la ley más unificado.

Cuando una institución logra construir un ecosistema burocrático establecido, es natural que los casos grandes sean más fáciles de manejar a través de ese canal. Desde la perspectiva de las organizaciones públicas, este tipo de creación de capacidades tiende a desplazar el centro de gravedad de la aplicación de la ley. El KPK, que es independiente, funciona con una lógica diferente, mientras que la AGO como institución estatal tiene una estructura vertical más completa.

Esto es lo que hace ver al público que la Fiscalía General domina los casos importantes. No porque el Comité para la Erradicación de la Corrupción dejó de funcionar, sino porque la Fiscalía ahora cuenta con una infraestructura más adecuada para casos a escala nacional que requieren coordinación intersectorial.

Los roles cambiantes de estas dos instituciones pueden entenderse a través de una serie de marcos teóricos.

En primer lugar, la teoría principal-agente explica cómo el gobierno, como «principal», tiende a asignar funciones importantes a instituciones que son más responsables, controladas y capaces de producir resultados concretos. Si se considera que la Fiscalía General es cada vez más transparente y responsable, entonces es natural que el gobierno y el público comiencen a depender de esa institución para manejar los casos más importantes.

En segundo lugar, la dependencia de la trayectoria muestra que cada institución se desarrolla en función de su huella histórica. El KPK nació como una agencia anticorrupción independiente en la era posterior a las reformas, cuando la confianza en las instituciones judiciales aún era baja. Mientras tanto, la AGO está atravesando un largo proceso de reforma interna. A medida que estas instituciones procesales se fortalecen, sus caminos evolutivos se vuelven diferentes y quizás más compatibles para manejar casos de alto perfil.

En tercer lugar, está el aspecto de la división del trabajo. En muchos sistemas legales, las agencias de investigación independientes están posicionadas para manejar cuestiones específicas de corrupción que requieren altos niveles de integridad, mientras que las agencias fiscales estatales, que tienen redes más amplias, manejan casos importantes que involucran estructuras burocráticas complejas. Indonesia puede estar avanzando hacia este patrón.

Esta visión no juzga lo bueno o lo malo. Sólo muestra que el sistema legal cambia a menudo para adaptarse a las necesidades de los tiempos.

Evolución normal

Las comparaciones internacionales muestran que este patrón no es exclusivo de Indonesia. En Brasil, la operación Lava Jato convirtió a la fiscalía en el principal motor de la lucha contra la corrupción nacional. En Corea del Sur, la reforma legal también fortaleció el papel fiscal del Estado al tiempo que reorganizó las agencias anticorrupción para centrarse más en funciones específicas.

Esto significa que la consolidación de roles no es un fenómeno anómalo. Es parte de la evolución del sistema legal moderno.

Curiosamente, Mahfud MD también ha declarado que en cierto momento, si la Fiscalía General es muy fuerte y tiene integridad, el papel de la Comisión para la Erradicación de la Corrupción puede que ya no sea el mismo que antes. No porque las instituciones hayan fracasado, sino porque la estructura del Estado ha cambiado.

De la discusión anterior, parece que el supuesto «intercambio» entre la Comisión para la Erradicación de la Corrupción y la Oficina del Procurador General se lee más exactamente como un cambio institucional, no como competencia o debilitamiento. El KPK no ha desaparecido, pero su enfoque de trabajo ha cambiado. La AGO no asumió el control, pero su capacidad aumentó. El sistema jurídico indonesio avanza hacia una división de funciones más funcional y coordinada.

La pregunta entonces es: ¿desaparecerá realmente algún día el Comité para la Erradicación de la Corrupción? En teoría, es posible. Pero muchos analistas consideran que el escenario más realista es el de la transformación, no el de la disolución. El KPK puede convertirse en una institución que perfeccione sus funciones de prevención, control de la integridad y tratamiento de casos de alto riesgo. Mientras tanto, la Fiscalía General es la columna vertebral de los procesamientos nacionales.

En última instancia, estos cambios no necesariamente deben interpretarse como negativos. Podría ser parte del largo camino de Indonesia hacia la construcción de un sistema de aplicación de la ley cada vez más maduro, acorde con las necesidades de los tiempos y los nuevos desafíos de un país moderno. (D74)



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