El Tribunal Supremo rechazó oficialmente la apelación de los acusados en el caso de corrupción de estaño de 300 T IDR. Se consideró que esto sería una señal para la aplicación de la ley en todos los sectores, incluido el sector de daños ambientales.
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La decisión de la Corte Suprema de rechazar todas las apelaciones de los acusados en Rp. El caso de corrupción en el comercio de estaño por valor de 300 billones fue uno de los acontecimientos judiciales más llamativos de finales de año. Entre los nombres involucrados, gran parte de la atención pública se centra en el empresario Harvey Moeis, también conocido como el marido de la celebridad Sandra Dewi. Sin embargo, más que una simple figura popular, la esencia de este desarrollo radica en el peso y el contexto de los casos que involucran enormes pérdidas estatales en el sector de los recursos naturales.
Esta decisión garantiza que la dura sentencia dictada anteriormente siga en vigor, poniendo fin a las especulaciones que habían circulado de que un caso de esta magnitud se estancaría o terminaría con indulgencia. Para la mayoría del público, la decisión de la Corte Suprema se lee como una cosa: el Estado ha logrado demostrar que puede ganar en casos de megacorrupción que antes se consideraban demasiado grandes para tocarlos.
Sin embargo, la importancia de esta decisión no parece limitarse únicamente al ámbito de la corrupción del estaño. En medio de la euforia por el éxito del estado en hacer cumplir la ley, surgió una nueva ola de demandas del público, especialmente en relación con el daño ambiental en Sumatra, que se cree que exacerbó el desastre de las inundaciones repentinas en las últimas semanas. Ahora que el Departamento de Investigación Criminal y la Oficina del Fiscal General a través del Grupo de Trabajo de Seguridad del Área Forestal (PKH) están comenzando a investigar las denuncias de prácticas de tala ilegal, muchas partes consideran que el impulso del caso del estaño tiene el potencial de influir en la dirección de las autoridades en otros casos. La pregunta es: ¿es este el comienzo de un “efecto dominó” más amplio?
Dominó de la aplicación de la ley en el sector de recursos naturales?
Si bien el veredicto final en el caso del estaño fue recibido con una sensación de alivio, el público de Sumatra y la cronología nacional dirigieron su atención a otra preocupación: los graves daños a los bosques que se cree que contribuyeron directamente a la escala y el impacto de las inundaciones repentinas. El colapso de la vegetación, la reconversión de áreas forestales y la supuesta implicación de empresas con permisos de gestión territorial son los principales focos de atención. Por lo tanto, cuando circuló la noticia de que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley habían comenzado a realizar búsquedas, aumentaron las expectativas del público.
Aquí es donde comienza a formarse la conexión con el caso principal. El público ve que si el Estado es capaz de resolver casos por valor de 300 billones de IDR (con acusados que tienen fuertes redes económicas), entonces se debería aplicar la misma coherencia a los presuntos delitos ambientales que ponen en peligro directamente a la comunidad en general. Desde una perspectiva político-legal, esta dinámica marca un cambio importante: una exigencia de que las normas de aplicación no sólo sean duras contra la corrupción financiera, sino también contra los delitos que destruyen los recursos naturales.
Efecto de desbordamiento y mayor riesgo legal
Para entender por qué se considera que el caso del estaño influye en el manejo de los casos ambientales en Sumatra, es importante presentar la teoría de la disuasión legal del economista ganador del Nobel Gary Becker. En el marco de Becker, una decisión legal firme en un caso importante puede crear un efecto de derrame, es decir, una mayor percepción de riesgo para los actores de otros sectores. Cuando un ejemplo concreto muestra que el Estado no duda en ejecutar sentencias duras, otros actores económicos sentirán una presión psicológica y operativa similar.
Este contexto tiene sentido para describir las reacciones que surgieron tras la decisión de la Corte Suprema. Inicialmente, el público consideró que el caso principal era “demasiado importante para tocarlo”, y se sugirió que la indulgencia podría estar en camino. Sin embargo, de hecho, el Tribunal Supremo confirmó el veredicto sin compromiso. Esto crea su propio peso: la esperanza de que la aplicación de la ley esté entrando ahora en una fase más creíble.
Por lo tanto, al analizar la investigación sobre la presunta tala ilegal en Sumatra, varios analistas sostienen que las autoridades ahora tienen mayor impulso y legitimidad para ampliar la acción. Este efecto psicológico se llama derrame: el éxito de un caso importante aumenta las expectativas públicas y la presión institucional para manejar otros casos. En este contexto, la mafia destructora de bosques, que ha sido considerada intocable, enfrenta potencialmente mayores riesgos legales que antes.
Además del marco legal de disuasión, la decisión final en el caso del estaño también puede leerse a través del concepto de política de silbidos para perros. Aunque inicialmente se utilizó con más frecuencia para explicar la comunicación política encubierta, este concepto puede ampliarse para comprender las señales no verbales en las fuerzas del orden. Cuando el Estado ejecuta sentencias severas contra figuras influyentes, en realidad se envía un mensaje a otros poseedores del poder económico, un mensaje tácito, pero claramente leído: ningún ámbito es completamente seguro.
En un contexto global, esta dinámica se ha visto en la operación anticorrupción brasileña, Operação Lava Jato. Después de que un caso importante es descubierto y ejecutado con éxito, muchas élites empresariales y políticas comienzan a ajustar su comportamiento debido a la percepción de que los riesgos legales están aumentando. No sólo por la amenaza del castigo en sí, sino por la nueva creencia de que el Estado en realidad está aumentando su asertividad.
Según esta lógica, la decisión sobre el estaño puede verse como una especie de “silbido suave” que marca el inicio de una nueva fase de aplicación de la ley en Indonesia. Los actores de los sectores forestal, minero y de otros productos básicos están leyendo esta señal: que la protección estructural no es necesariamente tan fuerte como antes. La combinación del efecto de desbordamiento y la narrativa del silbido para perros crea un cambio psicológico: mayor estado de alerta y precaución.
¿Es aterradora la era de la mafia?
La serie de dinámicas que se han producido en las últimas semanas muestran que el veredicto final en el caso del estaño es más que la simple conclusión de un gran caso. Sirve como indicador de que la maquinaria policial está empezando a moverse a un ritmo diferente. En la era del liderazgo del presidente Prabowo Subianto, la dirección de la política de aplicación de la ley parece tender a centrarse en la eficacia y el manejo de casos de alto impacto, especialmente aquellos que involucran recursos naturales y el interés público.
Las investigaciones sobre presuntos daños ambientales en Sumatra son ahora una prueba importante de esta coherencia. El público espera que la firmeza mostrada en el caso de hojalata también pueda aplicarse a prácticas que destruyen los bosques y amenazan la seguridad de los residentes. Además, la dinámica de los desastres naturales que ocurren muestra que el impacto de los delitos ambientales no es sólo económico, sino que también toca aspectos sociales y humanitarios.
¿Es este impulso realmente un punto de inflexión? Es demasiado pronto para decirlo con seguridad. Sin embargo, lo que está claro es que en el panorama político jurídico actual, los grandes actores económicos ya no parecen poder sentirse tan seguros como antes. Se ha creado un cambio en la percepción del riesgo, y eso por sí solo ya es un avance significativo. Al final, si las fuerzas del orden son capaces de mantener su coherencia y valentía, entonces no es imposible una nueva fase en la gobernanza de los recursos naturales de Indonesia, una fase en la que la mafia con grandes poderes debe empezar a recalcular. (D74)



