Omon-Action Ferry-Raymond?


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Ferry Irwandi y Raymond Chin surgieron como dos de varias personas influyentes políticas con ideas críticas y audiencias masivas. Sin embargo, detrás de su popularidad, aparece la paradoja: su crítica a menudo se detiene en el discurso digital. ¿Es esto solo entretenimiento político ¿Qué es imposible ser realizado?


Pinterpolitik.com

En los últimos tiempos, el panorama político indonesio ya no ha sido influenciado por partidos, figuras de élite o instituciones formales. Digital Space presenta nuevas figuras que juegan un papel importante en el llenado de debates públicos e incluso pueden afectar la acción masiva.

Entre ellos, Ferry Irwandi y Raymond Chin aparecieron como dos de los muchos nombres que a menudo se discutieron. Ambos se presentan como hombre de influencia con preocupación por los problemas sociales, políticos y gubernamentales.

Construyen narraciones críticas, presentan ideas y formulan un tipo de solución que resalte la importancia de la transparencia, la responsabilidad y la gobernanza ideal.

Sin embargo, la popularidad y la experiencia de la retórica no significan automáticamente la contribución efectiva en el cambio el status quo. Aquí es donde el debate es relevante.

El discurso sobre el papel de los «influenciadores políticos» como el ferry y Raymond aludieron a cuestiones clásicas en la teoría política, ¿en qué medida la opinión pública puede fomentar la transformación estructural? Si la comunicación política digital da como resultado cambios sustantivos, o simplemente agregue una nueva capa en lo que se llama Guy Debord como Sociedad del espectáculo– ¿Una condición en la que la realidad política se reduce a un espectáculo e imagen?

El fondo se vacía en un dilema epistémico. Por un lado, el discurso social, político y gubernamental requiere que los actores públicos que puedan cerrar ideas políticas para facilitar la generación más joven de entender.

Por otro lado, existe el riesgo de trampas en la política que se transformó en entretenimiento políticodonde la sustancia está subordinada por la estética de la entrega. ¿Porqué es eso?

Complejidad y «omon-acción»?

Para leer el fenómeno de Ferry Irwandi y Raymond Chin, hay dos marcos teóricos que se pueden usar.

Primerola teoría del sistema político de David Easton que ve la política como caja negra con entrada en forma de demandas públicas y salida en forma de políticas.

SegundoLa teoría de la comunicación política digital que enfatiza el papel de las redes sociales como un ámbito para la producción de discurso y la formación de la opinión pública.

En el marco de Easton, más posiciones de ferry y Raymond se encuentran en el lado de la entrada. Articulan las aspiraciones públicas, critican las políticas y fortalecen la conciencia política.

Sin embargo, el desafío surge porque la entrada a menudo se detiene al nivel del discurso, no completamente absorbido por el proceso de toma de decisiones. En otras palabras, hay una distancia entre «supervivencia«(Saludos e ideas) con» «acción«(Política concreta, cambio estructural).

Este fenómeno se puede leer en el marco brecha de comunicación política. Se dice que la democracia moderna a menudo enfrenta paradojas, donde el público está cada vez más informado, pero más frustrado con la falta de cambios concretos.

Los «influenciadores políticos» juegan un papel en el aumento de la información, pero a menudo no logran cerrar la frustración hacia el cambio concreto.

Los ferry y Raymond, con toda su capacidad personal y retórica crítica, no son la excepción.

Además, debe entenderse que el sistema político indonesio en sí mismo es complejo y lleno de patrocinio. Los estudios políticos del sudeste asiático muestran que la burocracia, la oligarquía económica y los intereses a corto plazo de la élite política a menudo distorsionan el idealismo político.

En este contexto, las ideas críticas de los influenciadores digitales se ven heroicos, pero al mismo tiempo frágiles. Parecían gritar desde fuera del estadio, mientras que el juego principal permaneció controlado por viejos jugadores que estaban arraigados en la red de poder.

Esta serie de interpretaciones se refiere a la tensión permanente entre el discurso crítico y las limitaciones prácticas. Ferry y Raymond construyeron una narración ideal, pero la narración corre el riesgo de reducirse al contenido (está herido, compartido, observado millones de veces, pero no produce automáticamente cambio de políticas.

Solo Entretenimiento político?

El debate sobre el papel de los influenciadores políticos finalmente volvió a las expectativas públicas. La gente, especialmente la generación más joven, a menudo esperan que voces críticas como Ferry y Raymond puedan resolver un punto muerto político.

Son vistos como «representantes alternativos» que no están obligados por los intereses del partido. Pero esta expectativa a menudo no es realista, porque coloca figuras digitales en una posición desequilibrada.

Aquí es donde se ve el fenómeno del entretenimiento político. Raymond y Ferry operan en lógica plataforma: Algoritmo, clic y viralidad.

Su crítica política puede ser más popular que los discursos oficiales, pero al mismo tiempo, su poder crítico se reduce a productos digitales.

El contexto político se convierte en una especie de entretenimiento intelectual, que es agradable de ver, provocativo, pero rara vez ingresa al espacio de políticas rígido y lleno de compromiso.

En este punto, el público parece ser sabio. La complejidad del sistema político y gubernamental hace que sea imposible para un solo actor, especialmente un influencer, que puede llevar la democracia al punto ideal.

Esta conciencia es importante para que la mentalidad de la gente no caiga en la romantización. El cambio requiere sinergia, entre la presión pública, los movimientos sociales, los actores políticos formales y las políticas institucionales. Ferry y Raymond son solo una pieza de rompecabezas en el gran mosaico.

De este modo, omón-acción No es una acusación cínica, sino una reflexión crítica. Nos recordó que la democracia no puede reducirse en la retórica digital.

Su fuerza radica en la inspiración, la educación y la expansión de la conciencia política. Sus limitaciones radican en la falta de acceso al espacio de políticas.

Tal vez se encuentra la paradoja de la democracia contemporánea, donde las personas tienen sed de cambio, los influencers presentan esperanza, pero el sistema sigue siendo terco.

La pregunta es, ¿está el público listo para convertir las críticas en energía colectiva más concreta? O la gente continuará atrapada en el ciclo entretenimiento políticodonde la crítica es solo un espectáculo satisfactorio, sin perturbar nunca la base el status quo? (J61)



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