Mataram (ANTARA) – En muchas ciudades, la faz de la civilización a menudo se juzga por cosas grandes, como edificios, carreteras, centros económicos y atracciones turísticas.
Detrás de esto, hay un marcador mucho más honesto de la calidad de la gobernanza urbana: cómo se gestionan los residuos.
En Nusa Tenggara Occidental (NTB), este problema ha vuelto a salir a la superficie, cuando los montones de basura en las ciudades de Mataram, Lombok Occidental y Lombok Central ya no pueden esconderse detrás de las vallas de los vertederos.
El volumen de residuos en la ciudad de Mataram es ahora de entre 230 y 250 toneladas por día. Mientras tanto, por otro lado, el Sitio Regional de Eliminación Final (TPA) de Kebon Kongok, que es el principal apoyo para Mataram y West Lombok, sólo puede albergar alrededor del 40 por ciento del total de residuos diarios.
Con una capacidad de admisión de 300 a 380 toneladas por día, el vertedero lleva mucho tiempo sobrecargado. También se implementaron restricciones rituales. El impacto se sintió de inmediato.
La ciudad de Mataram, que fue declarada libre de residuos en estado de emergencia en octubre de 2025, está nuevamente al borde de la crisis.
Los residuos que no pueden ser acomodados en el vertedero terminan finalmente en un refugio temporal (TPS). Sandubaya TPS es el ejemplo más obvio. La ubicación está junto al almacén de Bulog, zonas residenciales y rutas de actividad de los residentes.
Los montones de basura no son sólo un problema visual. Crea olores, posible contaminación de las aguas subterráneas, problemas de salud e incluso pérdidas económicas para otras partes.
Aquí es donde el problema de los residuos cambió, de una cuestión técnica a un problema social y de gobernanza.
Sostenga la carga
El principal problema de la gestión de residuos en las zonas urbanas BNA no es sólo el aumento del volumen. La raíz del problema radica en un sistema que todavía depende del transporte y la eliminación, no de la reducción y el procesamiento desde la fuente.
La ciudad de Mataram, por ejemplo, produce cada día más de 200 toneladas de residuos, con una composición de alrededor del 60 por ciento de materia orgánica y un 30 por ciento de plástico. Sin embargo, la capacidad de procesamiento en la ciudad aún es limitada.
Se empiezan a hacer esfuerzos. En el TPST de Sandubaya se ha puesto en funcionamiento un incinerador con una capacidad de 10 toneladas por día, con el objetivo de poder procesar hasta 30 toneladas por día para finales de 2025.
También está en marcha el procesamiento de residuos orgánicos para convertirlos en abono y alimento para gusanos. La flota de transporte se ha rejuvenecido con vehículos más pequeños para ser más ágiles a la hora de llegar a zonas congestionadas. Se sigue intensificando la educación sobre la clasificación de residuos en casa a través de instrucciones del alcalde.
Sin embargo, todas estas medidas todavía no son proporcionales al ritmo de producción de residuos. De hecho, cuando cada día se procesan 30 toneladas de residuos, esta cantidad sólo llega a una pequeña porción de la generación total.
El resto aún debe ser transportado al vertedero. esta aqui embotellamiento suceder. Cuando un vertedero limita el reciclaje y rechaza determinados tipos de residuos, toda la cadena de gestión se paraliza inmediatamente.
Las condiciones en Lombok occidental y central no son muy diferentes. Ambos son escaparates turísticos de BNT, con atractivos turísticos visitados por turistas nacionales y extranjeros.
Detrás de la promoción del turismo de talla mundial, el sistema de residuos sigue tambaleándose. La flota de transporte en Lombok Occidental sólo cuenta con unas 20 unidades para dar servicio a 10 subdistritos.
El presupuesto operativo también es muy limitado. La dependencia de un único vertedero regional hace que estas áreas sean vulnerables cuando ocurren perturbaciones.
Esta crisis demuestra que la gestión de residuos ya no puede verse como una preocupación exclusiva del distrito o la ciudad. El flujo de residuos traspasa las fronteras administrativas.
El impacto también atraviesa regiones. Cuando una región sufre, otras regiones sufren las consecuencias.
Exige coraje
Esta situación coloca al gobierno provincial en una posición estratégica. La intervención ya no es una opción, sino una necesidad. El Gobierno Provincial de NTB tiene una autoridad fiscal, de coordinación y de políticas más amplia para abordar cuestiones interregionales.
Sin un papel activo de la provincia, los esfuerzos de los distritos y las ciudades seguirán siendo irregulares.
El primer paso que es necesario reforzar es una inversión seria para reducir los residuos en origen. La educación sobre la clasificación de los residuos domésticos debe ir acompañada de incentivos reales.
Los residentes que clasifican los residuos deben experimentar beneficios directos, ya sea a través de tarifas reducidas, acceso a bancos de residuos o esquemas comunitarios de economía circular. Sin incentivos, la clasificación dejará de ser un imperativo moral.
En segundo lugar, el procesamiento de residuos debe acercarse a la fuente. Es necesario ampliar la escala de tecnologías como el procesamiento de desechos para convertirlos en abono, alimento para gusanos, combustibles alternativos y otros productos derivados.
La iniciativa de procesar 20 toneladas por día en Lombok Occidental a través de un sistema de gestión de residuos basado en el valor económico debe desarrollarse, no sólo como un proyecto piloto, sino como un modelo regional.
En tercer lugar, se necesita valentía para rediseñar el sistema de TPA. La dependencia de un vertedero regional no sigue el ritmo del crecimiento demográfico y la actividad económica.
La provincia necesita facilitar la provisión de tierras alternativas, incluidos refugios temporales que cumplan con los estándares ambientales. Sin espacio de amortiguación, las ciudades siempre estarán al borde de la emergencia.
Cuarto, la gestión de residuos debe posicionarse como parte de la imagen regional. Para las regiones que utilizan el turismo como motor económico, el desperdicio es una cuestión de reputación.
Los turistas no sólo valoran la belleza natural, sino también la limpieza de las ciudades, los ríos y los espacios públicos. Una mala gestión de los residuos erosionará la confianza, incluso antes de que funcione la promoción turística.
La crisis de los residuos en BNA es un reflejo de las opciones de desarrollo. ¿Será la ciudad simplemente una residencia temporal que acumula residuos o un espacio habitable sostenible que se gestiona de manera responsable?
La basura realmente nunca desaparece. Simplemente se mudó de lugar. Cuando el sistema no esté listo para acomodarlos, los desechos regresarán a los espacios habitables de los residentes.
Desenredar el nudo de los residuos urbanos requiere liderazgo a todos los niveles, coraje político y participación pública real.
De lo contrario, las emergencias de basura se seguirán repitiendo, con diferentes nombres y ubicaciones, pero seguirán siendo los mismos problemas.

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