Yakarta (ANTARA) – El aumento de usuarios de servicios financieros digitales en Indonesia, especialmente entre los millennials y la generación Z, ya no es solo un fenómeno de estilo de vida, sino más bien una señal de cambios estructurales en los patrones de consumo y el comportamiento financiero de la nueva generación.
El cambio del comportamiento de pago del efectivo a las aplicaciones digitales muestra que la tecnología ha entrado en el corazón de las decisiones económicas personales.
Sin embargo, hay que recordar que este cambio no necesariamente trae consigo una generación más sabia a la hora de tomar decisiones financieras.
De hecho, entre la conveniencia y la flexibilidad, existen nuevos riesgos que requieren preparación mental, conocimientos y habilidades analíticas desde una edad temprana.
Por lo tanto, la educación financiera ya no puede considerarse un complemento, sino una competencia básica que determinará la calidad de vida económica de las generaciones futuras.
Esta necesidad se está respondiendo a través de una campaña de educación financiera con el tema Educación financiera en la era digital: construyendo una mentalidad financiera de nueva generación que se llevará a cabo a finales de octubre de 2025 en una universidad.
La campaña de educación financiera recibió mucha respuesta con la presencia de 150 estudiantes. Este es un espacio importante para ver cómo el mundo de la educación y la industria financiera pueden encontrarse en la misma conciencia, es decir, dotar a la generación más joven de habilidades financieras que sean relevantes para los desafíos digitales.
La presencia de cientos de estudiantes muestra que la necesidad de educación financiera no solo proviene de la industria, sino que también está impulsada por la ansiedad y la curiosidad de las generaciones más jóvenes sobre cómo deberían ser responsables de administrar el dinero en medio de la avalancha de aplicaciones digitales.
Esta campaña presenta varios temas estratégicos que van desde conocimientos sobre la industria del financiamiento digital, cómo construir perfil financiero propio los saludables, hasta técnicas para elegir servicios financieros digitales adecuados y seguros.
Mira Wibowo, presidenta y directora de Indodana Finance, que habló en la reunión, enfatizó que la generación que vive en la comodidad de las transacciones digitales todavía necesita comprender los riesgos y responsabilidades que acompañan a cada decisión financiera.
El mensaje es claro: la alfabetización tecnológica es importante, pero comprender las consecuencias a largo plazo de cada decisión financiera es mucho más decisivo para determinar la dirección de la independencia económica.
Decisiones financieras
En medio del ritmo rápidamente cambiante de la economía digital, la capacidad de tomar decisiones financieras cuidadosas es una provisión importante para cualquiera que quiera planificar su futuro.
Uno de los temas importantes discutidos en esta actividad es la tendencia de la Generación Z a priorizar la flexibilidad y la practicidad en los pagos digitales.
Dependen de aplicaciones financieras para casi todas sus necesidades, desde transacciones diarias, cuotas, compra de productos digitales hasta planificación de gastos.
Sin embargo, sin comprender cómo se utilizan sus datos financieros, cómo funciona el sistema y cuáles son los riesgos de seguridad, la generación más joven tiene el potencial de quedar atrapada en un uso impulsivo o incluso vulnerable al fraude digital.
La lección final no es impedir que la generación más joven disfrute de las ventajas de la tecnología, sino más bien garantizar que sean capaces de equilibrar la velocidad de las transacciones con una reflexión profunda.
El énfasis en la importancia de elegir aplicaciones financieras digitales que sean legales, seguras y con licencia oficial de los reguladores también enfatiza cómo no comprender la legalidad de los servicios puede hacer que la generación más joven sea vulnerable al uso indebido de datos o cargas financieras inesperadas.
En una era en la que las aplicaciones financieras están creciendo muy rápidamente y la brecha entre las aplicaciones legales e ilegales se está reduciendo a los ojos de los consumidores comunes, la alfabetización sobre las licencias y la protección del consumidor es un aspecto que debe enseñarse desde el principio.
La generación que está acostumbrada a que todo sea instantáneo a veces olvida que comprobar la legalidad de una aplicación lleva unos minutos, pero ignorarlo puede causar problemas durante años.
Las respuestas de los estudiantes en la sesión de preguntas y respuestas mostraron que la conciencia estaba empezando a crecer. Muchos participantes se dieron cuenta de que la facilidad de los pagos digitales debe ir acompañada de la capacidad de gestionar las finanzas de forma inteligente.
La facilidad de acceso no significa automáticamente que no haya problemas. Precisamente porque es tan fácil, se requiere que los usuarios tengan un mayor control.
Metas financieras
Se espera que los estudiantes, como generación más joven, comiencen a comprender que construir un perfil financiero saludable no se trata solo de no endeudarse, sino de cómo usar la tecnología para disciplinarse, planificar metas financieras y mantener una reputación digital, lo cual es un requisito importante en diversos procesos financieros en el futuro.
Si se mira desde una perspectiva más amplia, iniciativas educativas como ésta desempeñan un papel importante en los esfuerzos por ampliar la inclusión financiera nacional.
Indonesia enfrenta un gran desafío para garantizar que su generación joven no sea sólo un usuario de tecnología, sino también un usuario crítico, responsable y capaz de desarrollar hábitos financieros saludables.
A medida que más y más jóvenes entienden cómo interpretar los riesgos, administrar el dinero, mantener la seguridad de los datos y construir un perfil financiero sólido, Indonesia está preparando una base socioeconómica más sólida. resiliente en el futuro.
Los esfuerzos de varias partes para contribuir a la educación financiera pueden ser un modelo para otros actores de la industria de que las compañías financieras no solo tienen la tarea de brindar servicios financieros, sino también garantizar que los consumidores comprendan cómo administrar sus finanzas de manera sostenible.
El compromiso de brindar servicios financieros inclusivos, seguros y flexibles para la comunidad se vuelve relevante cuando va acompañado de un compromiso de aumentar la competencia financiera de la comunidad.
La educación pública no sólo debe estar en manos del gobierno o de las instituciones educativas, la industria también debe intervenir, porque la calidad de los consumidores determina la calidad del mercado.
En última instancia, la educación financiera en la era digital es una necesidad urgente que requiere la colaboración de muchas partes.
La generación más joven que vive en un entorno tecnológico necesita orientación que no sea sólo técnica, sino también filosófica sobre cómo ver el dinero, cómo tomar decisiones y cómo ver el impacto de esas decisiones a largo plazo.
En medio de shocks económicos inesperados, cambios en los patrones de consumo global y una competencia financiera cada vez más intensa, una mentalidad financiera madura puede ser uno de los capitales sociales más valiosos para una generación que crece en una era de competencia global.


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