Natuna (ANTARA) – Natuna Regency, provincia de las islas Riau, no es solo un grupo de islas en el extremo norte de Indonesia rodeadas por un mar azul y un cielo que parece interminable, sino que también es un lugar donde prospera la cultura.
Detrás de su belleza natural, la zona fronteriza entre Indonesia y los países vecinos esconde riquezas culturales que se han convertido en la identidad del pueblo malayo en medio de las olas de las fronteras del país. Esta cultura crece y vive de generación en generación.
La ubicación geográfica de Natuna, que está justo enfrente de Malasia, significa que la cultura malaya se siente con mucha fuerza en todos los aspectos de la vida de la gente. El idioma, las costumbres, la música y las artes escénicas de esta región tienen sus raíces en las mismas tradiciones que el país vecino.
Sin embargo, precisamente debido a esta cercanía, a menudo les acecha la amenaza de reivindicaciones culturales. Esta condición hace que el Gobierno de Natuna Regency sea plenamente consciente de la importancia de proteger el patrimonio ancestral para que no sea reconocido por otras partes.
Desde que Natuna se estableció oficialmente como distrito, los esfuerzos de preservación cultural se han convertido en una parte inseparable de la dirección del desarrollo regional. Este paso no se trata sólo de mantener la tradición, sino también de afirmar la identidad en medio del rápido flujo de la globalización y la modernización.
Largo camino de conservación
Los esfuerzos para proteger la cultura local comenzaron a dar frutos en 2014. En ese momento, Mendu Theatre Arts (una representación folclórica que combina teatro, música y danza) fue designada Patrimonio Cultural Inmaterial de Indonesia (WBTb) por el gobierno central.
Mendu no es sólo entretenimiento, sino también un medio educativo lleno de mensajes morales y valores de vida. Las historias de Mendu a menudo destacan historias de heroísmo, honestidad y justicia, que los artistas antiguos transmitieron oralmente a las generaciones más jóvenes.
Dos años después, en 2016, Gasing y Lang-Lang Buana fueron reconocidos como WBTb. Gasing es una herramienta de juego tradicional hecha de madera, mientras que Lang-Lang Buana es un arte escénico que representa el viaje humano para conseguir lo que quiere a través de la sabiduría.
En 2021, Betingkah Alu Selesung, una tradición comunitaria de procesamiento de arroz y cooperación mutua, también se incluirá en la lista nacional de WBTb.
Sin embargo, el camino hacia la preservación cultural no siempre es sencillo. La pandemia de COVID-19 que azotó al mundo entre 2020 y 2022 ha detenido muchas actividades culturales. Las restricciones a las actividades sobre el terreno y la falta de presupuesto hicieron que la propuesta de un nuevo WBTb se estancara durante tres años.
espíritu insaciable
Después de ese momento difícil, poco a poco creció el entusiasmo por revivir la cultura regional. El gobierno regional, junto con figuras culturales y líderes comunitarios, están nuevamente en movimiento, rastreando las huellas de las tradiciones que aún sobreviven en los pueblos.
Exactamente el 10 de octubre de 2025, dos días antes del 26 aniversario de Natuna Regency, llegaron buenas noticias. Cinco obras culturales de Natuna fueron designadas oficialmente Patrimonio Cultural Inmaterial de Indonesia.
Las cinco obras son Hadrah Natuna, Tupeng Bunguran Dance, Nyuloh Natuna, Kuah Tige y Tabel Mando. Cada uno representa una variedad de expresiones culturales diferentes que van desde artes teatrales, tradiciones de vida comunitaria hasta especialidades culinarias que tienen filosofías profundas.
«El proceso de propuesta de las cinco obras culturales no fue fácil, había muchas cosas que preparar, pero gracias a la perseverancia de todas las partes, finalmente las cinco obras culturales fueron designadas como WBTb», dijo Hadisun, jefe de cultura de la Oficina de Educación de Natuna Regency.
Esta determinación a nivel nacional es el primer paso hacia el reconocimiento mundial.
Los labios detrás del reconocimiento
Cada obra cultural propuesta para WBTb debe cumplir con criterios estrictos. Además de contar con documentación completa en forma de videos, fotografías o notas de campo, se debe demostrar que el trabajo aún está vivo y siendo practicado por la comunidad.
Otra condición es que la existencia de un maestro o actor cultural activo sea un indicador importante de que la tradición realmente se mantiene de manera sostenible. Una vez que se completan todos los datos, los archivos se envían al Gobierno Central.
También se dice que la participación de la comunidad es la clave principal para mantener la sostenibilidad cultural. El gobierno sólo puede facilitarlo, pero quien mantiene vivas las tradiciones es el propio pueblo.
Una de las obras culturales que llama la atención es Nyuloh Natuna, una tradición transmitida de generación en generación que anteriormente se realizaba como un ritual de curación. En su desarrollo, esta tradición ahora ha pasado a formar parte de representaciones culturales que muestran la armonía entre el ser humano y la naturaleza.
Mientras tanto, el Kuah Tige, un plato culinario típico que se ha convertido en símbolo de la unidad de las comunidades costeras, ahora comienza a promocionarse como un ícono gastronómico regional. No sólo se sirve en los hogares, este alimento también es un placer principal en eventos tradicionales y celebraciones culturales.
La Danza Hadrah Natuna y Tupeng Bunguran muestran cómo las artes escénicas en esta zona surgieron a partir de los valores religiosos y la filosofía de vida de la comunidad pesquera. Ambos no sólo embellecen el escenario, sino que también se convierten en un medio para fortalecer los lazos sociales y espirituales entre los residentes.
Para Natuna, la preservación cultural no se trata sólo de preservar el patrimonio ancestral, sino también de un paso estratégico para mantener la identidad nacional. En áreas que limitan directamente con otros países, el reconocimiento de la cultura local es importante para evitar reclamos de culturas aliadas.
Ahora, el pueblo Natuna tiene un nuevo orgullo. Los cinco patrimonios culturales reconocidos a nivel nacional no son sólo un símbolo de logro, sino también una prueba de que en las afueras del país, entre la brisa del mar y las olas rompientes de la frontera, la cultura sigue viva, custodiada, cuidada y transmitida con amor.
Esta herencia ya no es sólo un ritual, sino más bien el aliento que alimenta la civilización en la frontera, haciendo de Natuna no sólo un bastión de la defensa nacional, sino también un bastión de la cultura nacional.

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