El profesionalismo en la industria de las TIC no se trata de qué tan bien se escribe código o se programan sistemas para que sean eficientes. Los profesionales son personas que se caracterizan por desempeñar sus funciones, con integridad y un profundo sentido de responsabilidad hacia la sociedad y el bienestar colectivo.
Por: Akbar Hernandi Cokro Wibowo*
Durante la última década, muchas tecnologías se han desarrollado a un ritmo demasiado rápido para seguir el ritmo. Desde el aprendizaje automático y la tecnología en la nube hasta el big data, todos los sectores industriales se están transformando gracias a la automatización. La era actual de los algoritmos es más que una simple herramienta para la toma de decisiones; a menudo, más abiertamente, un sustituto de lo humano. Pero lo que más importa es ¿qué organización será la encargada de mantener esta tecnología alineada con los principios centrados en el ser humano? Ésta es, pues, la tarea de los estudiantes que trazan sus planes en el campo de la Informática no sólo como diseñadores de los sistemas digitales del futuro por venir, sino también como ético-giroscopios que los mantienen.
Esta generación de estudiantes de Informática lo tiene mucho más fácil que nuestros antepasados. Están creciendo en un mundo sobrecargado de información, inmersos en un mar de productos de inteligencia artificial que incluyen asistentes virtuales, sistemas de recomendación y predicción, e inteligencia artificial generativa como ChatGPT que puede escribir historias, diseñar imágenes e incluso producir música. Toda esta comodidad también es útil, pero con ella surgen nuevas cuestiones éticas: desde el plagio en formato digital hasta la fabricación y manipulación de información, pasando por la violación de la privacidad individual y la explotación de datos personales. En este contexto, la profesionalidad y el respeto a la dimensión ética son las únicas claves para que el crecimiento tecnológico no se salga de control.
El profesionalismo en la industria de las TIC no se trata de qué tan bien se escribe código o se programan sistemas para que sean eficientes. Los profesionales son personas que se caracterizan por desempeñar sus funciones, con integridad y un profundo sentido de responsabilidad hacia la sociedad y el bienestar colectivo. En la rápida evolución de la tecnología digital, las decisiones relativamente pequeñas sobre la arquitectura del sistema pueden cambiar mucho, sin mencionar la privacidad del usuario, la justicia social y la estabilidad democrática.
El código ético elaborado por la ACM (Asociación de Maquinaria Informática), en este sentido, es bastante completo. Algunos de sus principios fundamentales son: hacer el bien al público; evitación de peligros, equidad y honestidad en las acciones, respeto a la privacidad y confidencialidad. Estos principios no deben ser una especie de papel seco que leas una vez durante la época universitaria y nunca vuelvas a mirar después, sino más bien una especie de brújula moral que guíe tu proceso de toma de decisiones en cualquier aspecto, ya sea técnico. o profesional. Los estudiantes de informática deben ser conscientes de que cualquier código que escriban tiene un impacto en la vida de muchas personas.
En la formación de profesionales íntegros de TI, las instituciones de educación superior desempeñan un papel importante. La experiencia demuestra que los estudiantes suelen estar mucho más interesados en sus habilidades técnicas (no es inusual aprender algún idioma interesante o un marco novedoso, al igual que las certificaciones) que la socialización profesional. De hecho, en el mundo profesional, la complejidad tiende a conducir más a un dilema moral: ¿estamos exponiendo fallas de seguridad que podrían explotarse? ¿Qué debe hacer si un empleador solicita el uso de datos de usuario sin consentimiento explícito?
Al considerar estos casos de dilemas, necesitamos que los estudiantes sean más éticos. Los campus deben enseñar no sólo «cómo» construir un sistema, sino también «por qué» y «quién se beneficia» del sistema. Incorporar la ética profesional en el currículo de Informática es fundamental, y aquí no nos referimos sólo a las obligaciones administrativas sino también como una forma de fomentar el pensamiento crítico y reflexivo sobre las implicaciones sociales de la tecnología. Otras actividades como talleres, paneles de discusión y proyectos de RSE basados en tecnología pueden ser un excelente medio para inculcar los valores de profesionalismo de los años de educación formativa.
Por último, pero no menos importante, está la construcción activa de un clima ético en el propio mundo digital de los estudiantes. Esto puede comenzar con pasos simples: abstenerse de usar IA para realizar tareas sin la aprobación del profesorado, defender la integridad académica y ser parte de iniciativas para educar al público sobre la seguridad de los datos y la alfabetización digital. Estas pequeñas actitudes serán una buena base sobre la que construir los futuros profesionales.
La revolución de la IA exige políticas no sólo de innovación, sino también de supervisión ética. El gobierno de Indonesia y los actores de la industria tecnológica deben comenzar a colocar las consideraciones éticas en el centro de las regulaciones, en lugar de relegarlas a consideraciones secundarias. Por ejemplo, estableciendo estándares nacionales de ética en el desarrollo de la IA y aumentando el nivel de protección de datos personales, así como promoviendo la colaboración entre universidades, la industria y las instituciones de investigación para garantizar una gobernanza de la IA transparente e inclusiva.
Las instituciones educativas también priorizan mejorar la educación del carácter digital. Los estudiantes deben tener la oportunidad de discutir, analizar y estudiar el impacto de la tecnología en la vida social. Los profesores y las instituciones educativas también deben ser modelos claros en el ejercicio de la ética académica y profesional. Por otro lado, los estudiantes deben darse cuenta de que la responsabilidad moral no comienza cuando ya están trabajando, sino desde la primera línea de código escrita en la universidad.
En la cima de la gran ola de revolución técnica, los estudiantes de informática desempeñaron varios papeles: no sólo eran aprendices de tecnología sino también guardianes de las personas. El ciberespacio necesita más que inventores talentosos; también requiere personas sinceras y humanas. Civilización tecnológica sin cultura moral = una crisis de valores humanos en el futuro. Sin embargo, un trabajo tan duro no debe considerarse una dificultad, ya que quienes estudian Informática tienen una obligación ética que se les otorga como un honor: un noble llamado para garantizar que la IA y otras tecnologías futuras sean herramientas que sirvan a la humanidad y no al revés.
*) Alumno Facultad Ingeniería Informática Universidad Muhammaddiyah de Malang


:max_bytes(150000):strip_icc():focal(2999x0:3001x2)/peo-ent-team-amazon-roundup-tout-0d9d0c9d25f64d48adc72e228a163249.jpg?w=238&resize=238,178&ssl=1)