Mataram (ANTARA) – En muchas partes de Indonesia, la pobreza todavía existe como una larga sombra que se transmite de generación en generación.
Los niños crecen con todas las limitaciones, luchan en medio de un acceso mínimo a la educación y luego ingresan a la edad adulta, sin provisiones adecuadas para romper el ciclo que ha encadenado a sus familias durante décadas.
Este patrón no sólo es visible en las grandes ciudades o zonas remotas, sino también en las regiones en crecimiento, donde el desarrollo físico suele ser más rápido que el desarrollo humano.
Cuando el acceso a la educación es desigual, las oportunidades de movilidad social disminuyen y las brechas se amplían.
Esta condición es claramente visible en Nusa Tenggara Occidental (NTB), una provincia que todavía enfrenta desafíos de pobreza bastante altos, aunque recientemente ha mostrado una mejora en su clasificación nacional.
Muchos hogares en diversas aldeas todavía dependen de la asistencia social, mientras que el acceso a una educación de calidad no ha llegado a todos los niveles de la sociedad.
Es en este contexto que la idea de la Escuela Popular surge como un soplo de aire fresco. Este programa sitúa a la educación como la principal vía para romper la cadena de la pobreza extrema, especialmente para los niños de los deciles uno y dos.
Con un enfoque de internado, desarrollo integral del carácter y garantías de las necesidades básicas, la Escuela Popular ofrece oportunidades reales para quienes han estado al borde de la oportunidad.
En NTB han comenzado a funcionar varias escuelas piloto y está en marcha la construcción de instalaciones permanentes. Sin embargo, junto con estos esfuerzos de aceleración, surgieron varios obstáculos, que van desde la disponibilidad de suelo en las zonas urbanas hasta una infraestructura desigual.
Todo esto muestra la necesidad de una evaluación más profunda para que este programa realmente aborde los desafíos fundamentales y tenga un impacto a largo plazo en los niños NTB.
Obstáculo
La idea de una Escuela Popular del presidente Prabowo Subianto y del vicepresidente Gibran Rakabuming Raka, con internados gratuitos para niños de familias pobres, incluso en NTB, no es sólo un proyecto educativo. También conlleva una dimensión social más amplia porque toca el corazón del problema de la pobreza extrema.
La Escuela del Pueblo ofrece un nuevo patrón que no solo brinda acceso a espacios de estudio, sino también dormitorios, alimentos nutritivos, asistencia y un ambiente controlado diseñado para mejorar la calidad de vida en general.
Las instalaciones temporales, como las de Sentra Paramita, Gunung Sari, Lenek, Sakra y Sumbawa, han demostrado el gran interés que tiene la comunidad. En Paramita, por ejemplo, 100 estudiantes de familias pobres viven en dormitorios, reciben desarrollo académico y de carácter, así como acceso a nutrición diaria.
Este modelo proporciona espacio para que los niños pobres crezcan, sin la carga de los costos, sin la preocupación por los útiles escolares y sin las presiones económicas que a menudo colocan a los niños Abandonar.
Sin embargo, este beneficio no está exento de desafíos. Muchas regiones enfrentan limitaciones de tierra. La ciudad de Mataram, por ejemplo, no tiene una superficie de 6 a 10 hectáreas como requisito previo para la construcción de una nueva escuela.
La opción de combinar escuelas existentes o separar dormitorios y salas de estudio también es inaceptable porque el concepto de Escuela Popular exige un lugar integrado en un área. Esto ilustra los desafíos de la planificación urbana en áreas densas y fragmentadas.
Algunos distritos están en camino de estar más preparados. West Lombok puede operar una Escuela Popular piloto, mientras se esperan instalaciones permanentes en Kuripan.
East Lombok propuso 152 futuros estudiantes, según datos socioeconómicos nacionales verificados. Mientras tanto, Bima Regency no solo preparó 7,2 hectáreas de terreno, sino que también formó un grupo de trabajo y un equipo técnico para que todos los requisitos se cumplan rápidamente.
Por otro lado, la construcción de instalaciones permanentes en Gumantar, en el norte de Lombok, indica que esta política está entrando en una etapa más consolidada. Se ha asignado un presupuesto de 250.000 millones de IDR para construir un área de educación integrada desde la escuela primaria hasta la secundaria, con dormitorios, campos deportivos, laboratorios y otras instalaciones públicas.
Proyecto varios años Esta es la base de una política a largo plazo, así como un símbolo de la seriedad del gobierno en brindar educación inclusiva.
El siguiente obstáculo es la disponibilidad de personal docente. Varias regiones todavía esperan poder cubrir las necesidades de profesores y personal acompañante. Esto es importante porque las Escuelas Populares requieren una combinación de plan de estudios regular, desarrollo del carácter y vocación, especialmente en el nivel de la escuela secundaria. Sin docentes de calidad, el concepto de educación interna no será óptimo.
Mientras tanto, la disponibilidad de los datos de los estudiantes es un aspecto no menos importante. Los datos integrados utilizados por los distritos, incluida la recopilación de datos basados en el nombre y la dirección, brindan certeza de que el programa está en el objetivo correcto.
Esta evaluación es importante porque el interés público es muy alto y el riesgo de que un objetivo equivocado pueda empañar el gran objetivo del programa de alivio de la pobreza.
Más allá de los obstáculos administrativos, la existencia de la Escuela Popular ha tenido un impacto social que empieza a sentirse. En áreas que han estado funcionando, muchos estudiantes asisten con nuevo entusiasmo porque sienten que están obteniendo oportunidades que antes sólo pertenecían a los grupos más ricos.
Sienten un espacio seguro para estudiar, viven de manera ordenada en el dormitorio, reciben instalaciones adecuadas y se encuentran en un ambiente positivo que fomenta la esperanza.
La experiencia de NTB muestra que las Escuelas Populares se están convirtiendo en un foro para una nueva movilidad social. Los niños pobres pueden estudiar sin costo alguno, adquirir habilidades para la vida y recibir orientación para continuar su educación o ingresar al mundo laboral de manera más apropiada.
A largo plazo, este programa puede reducir la brecha educativa entre ricos y pobres en BNA, que anteriormente era muy amplia.
Organizar políticas
La Escuela Popular aporta un nuevo optimismo a NTB, pero su sostenibilidad depende de acuerdos políticos consistentes y mensurables.
El primer desafío es la sinergia entre los gobiernos central y regional. Muchas cuestiones técnicas, como la tierra, los permisos y la infraestructura, sólo podrán resolverse si la coordinación se realiza sin obstáculos.
Los gobiernos de regencia/ciudad deben ser más proactivos porque son los propietarios del territorio y los primeros en interactuar con la comunidad.
En segundo lugar, acelerar el desarrollo de instalaciones permanentes en el norte de Lombok debe ser un ejemplo para otras regiones. La construcción de una escuela integrada completa será el modelo de implementación ideal para la Escuela Popular, de modo que en el futuro la escuela piloto pueda trasladarse a un lugar más representativo.
En tercer lugar, se deben seguir mejorando los datos socioeconómicos nacionales únicos (DTSEN). La validación en profundidad es importante para garantizar que los beneficiarios realmente provengan de familias en extrema pobreza. Cuando los datos son precisos, aumenta la confianza pública y las políticas son efectivas.
En cuarto lugar, la calidad del personal docente y acompañante debe ser una prioridad. Desempeñan un papel importante en la formación del carácter, la disciplina y la motivación de los niños.
Los docentes profesionales garantizarán que la Escuela Popular no sea sólo un lugar para que vivan los niños pobres, sino una institución educativa que moldee su futuro.
En quinto lugar, el concepto de Escuela Popular debe complementarse con un enfoque de empoderamiento familiar. La educación de los niños será más sólida si el entorno familiar también cambia mediante asistencia social, capacitación laboral y otros programas económicos interconectados.
Al final, la Escuela Popular es una inversión a largo plazo. Este programa no sólo construye escuelas, sino que construye nuevas estructuras sociales que brindan espacio para que los niños pobres sueñen lo más grande posible, sin verse limitados por las condiciones económicas. NTB, que ha estado enfrentando graves problemas de pobreza, ahora tiene una forma estratégica de romper esta cadena de manera sistemática.
Mantener la coherencia del programa, acelerar el desarrollo de instalaciones, garantizar la precisión de los objetivos y mantener el apoyo social determinarán si las Escuelas Populares son realmente una forma de salir de la pobreza o simplemente un episodio político poco entusiasta.
NTB tiene una gran oportunidad de demostrar que la transformación educativa puede cambiar el futuro. La Escuela del Pueblo es una de esas puertas. Lo que se necesita ahora es garantizar que la puerta permanezca abierta para todos los niños pobres de NTB que quieran cambiar su vida a través de la educación.

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