Yakarta (ANTARA) – Cada 10 de noviembre, Indonesia conmemora el Día de los Héroes recordando los servicios de los luchadores por la libertad. Detrás de la determinación del título de héroe y de advertencia, hay algo que a menudo se ignora: el poder de los archivos como determinante de la verdad histórica.
Según datos del Ministerio de Asuntos Sociales, Indonesia cuenta actualmente con nada menos que 206 héroes nacionales. La determinación de este título no es un proceso arbitrario, sino que pasa por etapas de verificación estrictas y exhaustivas. El Reglamento número 18 de 2023 del Ministerio de Asuntos Sociales estipula siete criterios estrictos que deben cumplir los posibles destinatarios del título de héroe nacional.
Estos criterios incluyen luchar en el territorio que ahora es el territorio del Estado Unitario de la República de Indonesia, tener una alta integridad moral y un desempeño ejemplar, hacer contribuciones reales a la nación y al estado, tener buen comportamiento durante toda su vida, ser leal y no traicionar a la nación y al estado, y nunca haber sido sentenciado a prisión por un mínimo de cinco años basado en una decisión judicial que tenga fuerza legal permanente.
Lo interesante de todo el proceso de determinación de un héroe nacional es que todos estos criterios requieren prueba a través de documentos auténticos y responsables. Los decretos oficiales, los informes documentados de batalla, las grabaciones radiofónicas de la lucha e incluso los periódicos de la época de la guerra y posteriores a la independencia son la base para reconocer la historia y el heroísmo de una persona.
Sin archivos completos y válidos, los nombres de los verdaderos héroes podrían perderse en el tiempo y simplemente olvidarse. Por otro lado, las confesiones falsas de quienes sólo afirman haber participado en la lucha pueden en realidad persistir y oscurecer los hechos históricos reales. El heroísmo no nace únicamente de historias transmitidas de generación en generación o de la presión pública, sino de evidencia auténtica cuidadosamente almacenada en archivos estatales.
La historia de Indonesia registra que los archivos tienen dos funciones contradictorias, pero igualmente importantes. Por un lado, los archivos pueden elevar a alguien a un nivel noble y brindar reconocimiento a luchas que han estado ocultas. Por otro lado, los archivos también son capaces de exponer mentiras y revelar una manipulación de los hechos que se ha llevado a cabo durante años.
Muchas figuras que lucharon por la libertad sólo recibieron reconocimiento después de que un equipo de investigadores históricos descubriera y verificara sus archivos de lucha. Por otro lado, hay bastantes figuras que han sido defendidas y admiradas por el público durante años, pero que finalmente se ha demostrado que traicionaron o manipularon los hechos después de que los archivos reales fueron rastreados y estudiados en profundidad.
El archivo no conoce compromisos, simpatía ni odio hacia nadie. Estos documentos sólo contienen la verdad tal como es, sin sesgos de ciertos intereses o ingeniería política. Para las personas honestas que realmente luchan por la nación, los archivos son sus mejores amigos, así como activos valiosos que demostrarán su servicio.
Mientras tanto, para quienes viven de mentiras y manipulación, la mera palabra verificación de archivos es suficiente para causar una profunda ansiedad. Saben que los archivos no son buenos para charlas triviales, no se puede negociar con ellos y no tienen reparos en descubrir verdades que han estado ocultas durante mucho tiempo.
Cuando los archivos estatales están dispersos, ocultos deliberadamente o incluso controlados por ciertos partidos por intereses políticos momentáneos, esta nación pierde el control de su memoria nacional. Es a partir de los archivos que el pueblo indonesio puede descubrir quién es verdaderamente un héroe, quién es un invasor y quién es un traidor a la nación.
Los casos de falsificación de documentos, como diplomas falsos, certificados de tierras falsos o informes de proyectos de desarrollo manipulados, muestran cuán frágil es el sistema de archivos. De hecho, un sistema de archivos sólido debería ser el último bastión para encontrar y mantener la verdad. Si la soberanía de los archivos es frágil y fácilmente manipulable, entonces la verdad puede venderse a bajo precio a las partes interesadas.
En la era digital actual, los desafíos de la gestión de archivos son cada vez más complejos y requieren nuevos enfoques. Casi todo el mundo deja rastros digitales repartidos en diversas plataformas y sistemas de almacenamiento de datos. Los correos electrónicos enviados y recibidos, las cargas en diversas redes sociales, los metadatos de documentos digitales y las grabaciones de reuniones en línea almacenadas en almacenes digitales, son todas nuevas formas de archivos que deben gestionarse adecuadamente.
Todas estas formas de archivos digitales cuestionan qué tipo de legado dejará la generación actual a las generaciones futuras. ¿Es un archivo que refleja integridad, trabajo duro y dedicación real, o es un archivo lleno de falsedades, manipulación e ingeniería para intereses personales o de ciertos grupos?
Ser un héroe hoy no se trata sólo de lucha física en el campo de batalla, sino también de mantener huellas digitales y documentos públicos para que sigan siendo honestos, abiertos y responsables ante el público y la historia. En un mundo completamente grabado y documentado digitalmente, los archivos se convierten en una representación del rostro moral de una persona que no se puede ocultar.
Las reflexiones sobre el Día de los Héroes no deben detenerse en las ceremonias ceremoniales que se celebran cada año. Es necesario aprovechar el impulso de esta conmemoración para fortalecer la conciencia colectiva de que la soberanía de los archivos es una parte integral e inseparable de la soberanía de la nación en su conjunto.
Con archivos auténticos, bien mantenidos y totalmente soberanos en manos del Estado, el pueblo indonesio puede garantizar que quienes son llamados héroes sean verdaderos héroes. Por otro lado, aquellos que resulten perdedores o traidores no podrán esconderse detrás de títulos honoríficos o símbolos falsos que no reflejen la verdadera realidad.
Porque, al final, son los archivos los que escriben la historia con la tinta de la verdad, no la opinión pública que cambia fácilmente ni las narrativas políticas creadas para intereses momentáneos. Sólo una nación que respete y mantenga bien sus archivos será respetada por la historia y las generaciones futuras. Los archivos nunca mienten a nadie, los que mienten son aquellos que esperan que nunca se encuentren los archivos para revelar la verdad que han estado ocultando.
*) Tidor Arif T Djati es observador de archivos, presidente de la Asociación de Archiveros de Indonesia para la Región de Java Oriental

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