JAKARTA (Antara) – Indonesia está entrando en una ronda importante en su historia económica. En medio de varios logros de desarrollo, la desigualdad socioeconómica sigue siendo un gran desafío que no puede ser ignorado.
Los datos de Oxfam 2024 muestran hechos sorprendentes, la riqueza de 100 millones de indonesios es el más pobre equivalente a la riqueza de cuatro familias conglomeradas, mientras que el uno por ciento de la población controla casi la mitad del ingreso nacional.
La idea de la democratización económica está presente para responder a este desafío. La democracia política sin democracia económica hará que el poder económico y político se concentre en un puñado de élites, erosionando el papel de la gente como propietario de la soberanía.
La democratización económica no es solo un concepto teórico, sino un paso concreto para restaurar el control económico a la gente de la gente y garantizar que el crecimiento económico proporcione los mayores beneficios.
La asignación presupuestaria del presupuesto estatal puede dirigirse para garantizar el satisfacción de esta necesidad básica. Esta política no se trata únicamente de asistencia social, sino del reconocimiento del estado de la dignidad de cada ciudadano como parte de la familia extendida de la nación.
Con esta base, las personas tienen una oportunidad más amplia de desarrollar su potencial y contribuir al desarrollo.
La justicia económica también debe realizarse a través de una mayor participación para los trabajadores en la propiedad de la empresa.
El discurso de la propiedad de acciones es un mínimo del 20 por ciento para los trabajadores, que se pueden aumentar gradualmente, abre un espacio más amplio para la participación económica.
La democratización económica también exige que la transformación de Bumn y Bumd regrese a su papel como instrumento de bienestar público.
Las personas deben participar en la propiedad y la gestión de los activos estatales para que los resultados del desarrollo puedan disfrutar juntos.
Renovación
El tema de Agrarian se convierte en otra base de la justicia económica. Se necesita una verdadera reforma agraria, no solo la certificación de tierras, sino una distribución justa y gestión de la tierra.
Las cooperativas de las personas son la clave para administrar la tierra colectivamente, prevenir la comercialización excesiva y empoderar a los pequeños agricultores como el principal tema del desarrollo agrícola.
El marco de la política económica nacional también requiere renovación. Indonesia necesita la ley del sistema económico nacional como un paraguas legal que puede reafirmar la dirección del desarrollo de acuerdo con el artículo 33 de la Constitución de 1945.
Además, el papel del banco Indonesia como autoridad monetaria debe fortalecerse para que la política monetaria no solo mantenga la estabilidad del rupia, sino que también respalda la creación de empleo, la estabilidad del precio de los alimentos y el bienestar de la comunidad en general.
Por otro lado, la gestión de la deuda estatal requiere el coraje de tomar medidas firmes. La política masiva de deuda no controlada solo ampliará la dependencia de los inversores extranjeros y erosionará la soberanía económica.
La democratización económica nos invita a diseñar una estrategia de financiamiento más creativa, sostenible y sostenible y está a favor de los intereses nacionales, para que el desarrollo pueda funcionar sin sacrificar el futuro de la próxima generación.
La soberanía de alimentos y energía es el principal pilar de la resiliencia económica. Indonesia debe colocar alimentos y energía como base del desarrollo, no solo para confiar en las plantaciones mineras y de monocultivo que son vulnerables a la agitación global.
La sustitución de los bienes importados se convierte en parte de esta estrategia, fortaleciendo la producción nacional, construyendo una industria de alimentos y energía y priorizando las importaciones de bienes de capital que apoyan el desarrollo de capacidades de las industrias locales y domésticas.
La democratización económica es una forma de restaurar la dignidad de las personas y garantizar que el crecimiento económico no solo sea propiedad de un puñado de personas, sino que todos los niveles de la sociedad sienten.
*) El autor es el Presidente de la Asociación de Cadros Socioeconómicos Estratégicos (Access), CEO de la Cooperativa Parentamental del Negocio Popular (Inkur), Director del Centro de Investigación Cooperativa (CRC) del Kumang Keling Technology Institute.