(Este artículo fue escrito por Sultan Baktiar Najamudin, Presidente de DPD RI 2024-2029/Iniciador de Democracia Verde
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VIVA – Las lágrimas de la población de Sumatra del Norte, Sumatra Occidental y Aceh aún no se han secado. Desde el 25 de noviembre de 2025, las tres provincias se enfrentan a las mismas heridas ecológicas: inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y olas de duelo que se extienden de pueblo en pueblo.
En los campos de refugiados secan ropa que nunca se seca del todo. Mientras besaba a los niños que preguntaban: “¿Cuándo volverá nuestra casa?” Este no es sólo un desastre estacional. Esta es una tragedia humana que desgarra nuestros corazones como nación.
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Hubo muchas invitaciones a empresas conjuntas para comprar bosques en las redes sociales después de las inundaciones de Sumatra, dijo Puan.
Los expertos medioambientales siempre nos recuerdan: los datos nunca mienten. El desastre de Sumatra septentrional, Sumatra occidental y Aceh no es el único. Tampoco es el primero. De vez en cuando se repite una historia similar. Si no cambiamos el paradigma, tengan por seguro que no será el último.
Durante décadas, este país se ha desarrollado utilizando la tierra, los minerales y los bosques como principal capital de desarrollo. No hay nada de malo en esta elección. Lo que está mal es que la construcción no tenga en cuenta los límites de las capacidades de la naturaleza. No calcules el riesgo. Descuido de la responsabilidad moral hacia la naturaleza. Es como si el bosque fuera considerado sin alma y la tierra silenciosa.
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Se dice que el gobierno de aquella época no puede ser considerado enteramente responsable de los daños naturales.
Fuente: ANTARA FOTO/Syifa Yulinnas
Daño ecológico: patrones, no coincidencias
Pruébalo, tómate un café un momento. Abrimos las páginas de la historia del desarrollo nacional. Claramente ha surgido una tendencia. Los datos de WALHI indican que durante la era del presidente Suharto, las actividades extractivas como la tala, las plantaciones madereras, el aceite de palma y la minería cubrieron aproximadamente 78,6 millones de hectáreas.
Después de la reforma, la huella no disminuyó inmediatamente. El modelo es el mismo. Durante la época del Presidente SBY, las actividades extractivas totales alcanzaron aproximadamente 55 millones de hectáreas, y los permisos emitidos alcanzaron los 21,9 millones de hectáreas. Esta es la cifra más alta en toda la era de reformas.
En la era del presidente Jokowi, las actividades extractivas todavía existen. Se han registrado alrededor de 7,9 millones de hectáreas, con 1,48 millones de hectáreas de nuevos permisos.
La era de los presidentes Habibie, Gus Dur y Megawati dejó un número menor, ya que no gobernaron durante 5 años. E incluso entonces, sigue siendo parte del largo mosaico de deforestación y explotación de la tierra de Indonesia.
Estas cifras demuestran que desde hace más de 50 años, el desarrollo de esta nación se ha basado en el uso agresivo de los recursos naturales. Y cada hectárea perdida trae consecuencias que ahora debemos soportar como hijos de la nación.
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Calentamiento global: una amenaza real, no propaganda
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