Transparencia de datos y soberanía digital

JAKARTA (Antara) – En julio de 2025, el mundo digital de Indonesia fue sacudido por el anuncio de acuerdos comerciales entre Estados Unidos e Indonesia. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, declaró que la tarifa de importación para los productos indonesios se reducirá al 19 por ciento.

Sin embargo, detrás de los números que parecían ser rentables, una cláusula escondida que desencadenó la controversia: Indonesia proporcionará certeza legal a la transferencia de datos personales de sus ciudadanos a los Estados Unidos.

Este Acuerdo plantea una pregunta fundamental: ¿es este un paso estratégico hacia la integración de la economía digital global o precisamente la forma de compromiso de los derechos fundamentales de los ciudadanos y la soberanía digital nacional?

En la era digital, los datos no son solo información. Se ha convertido en una mercancía estratégica, equivalente a la energía y los minerales. Los países grandes hacen dominio de datos como un instrumento de influencia global. En este contexto, la solicitud de los Estados Unidos de que Indonesia abre el acceso a los datos personales de sus ciudadanos no es solo un asunto técnico, sino también geopolítica.

Siber Pratama Persadha Siber Security Observer dijo que los datos de transmisión cruzada fluyen grandes riesgos potenciales. Cuando los datos de los ciudadanos indonesios fluyen en el extranjero, especialmente a países como los Estados Unidos que aún no tienen una Ley Federal de Protección de Datos que sea acorde con la ley GDPR o PDP indonesia, el potencial de acceso por parte de entidades extranjeras, como las empresas e instituciones de seguridad, la atención seria.

Transparencia cuestionable

Una de las principales críticas de este acuerdo es la falta de transparencia en el proceso de negociación. El público no está involucrado, y los documentos oficiales solo mencionan que Indonesia «reconocerá a los Estados Unidos como un país con un nivel adecuado de protección de datos».

De hecho, hasta ahora, Estados Unidos aún no tiene una regulación federal que regule la protección integral de datos personales.

El Artículo 56 de la Ley No. 27 de 2022 sobre la protección de los datos personales de hecho abre espacio legal para la transferencia de datos de Forcer, con la condición de que el estado de destino tenga estándares de protección de datos equivalentes o más altos. Sin embargo, el reconocimiento de los EE. UU. Como un país «adecuado» no ha sido acompañado por una evaluación objetiva del Instituto de Supervisión de Protección de Datos Personal (LPPDP), que debería ser la autoridad determinante.

Impacto en la soberanía digital

La soberanía digital es el derecho de un país a regular, proteger y garantizar que las actividades digitales, incluida la gestión de los datos personales de sus ciudadanos, estén bajo control legal nacional.

Si los datos de los ciudadanos indonesios se gestionan en el extranjero sin un mecanismo de supervisión fuerte, entonces la posición legal de los ciudadanos se debilita, porque la jurisdicción de los datos se muda a otros países. El gobierno también perderá el control sobre la utilización de datos, incluso para la investigación, las políticas públicas y la seguridad nacional. Además, el potencial de explotación de datos aumenta, especialmente para fines comerciales y políticos por parte de entidades extranjeras.

Impacto económico local

De hecho, este acuerdo ha abierto oportunidades para que las empresas extranjeras inviertan más ampliamente en el sector digital de Indonesia. Sin embargo, no se puede ignorar el impacto en la economía local.

Entre los impactos que surgirán se encuentra una amenaza para la industria de la tecnología local. Compañía nube local como Biznet Gio y Telkomsigma han estado construyendo infraestructura centro de datos en Indonesia para cumplir con la regulación del almacenamiento de datos nacionales. Sin embargo, después de este acuerdo, las empresas extranjeras como AWS y Google Cloud ya no están obligadas a construir centros de datos en Indonesia.

Según los informes, Biznet GIO ha experimentado una disminución en la demanda de servicio en un 22 por ciento en los últimos dos meses, porque algunos clientes corporativos han elegido la migración a servicios en la nube extranjeros que ofrecen precios más competitivos y flexibilidad de las ubicaciones de almacenamiento de datos.

Otro impacto es la pérdida del valor económico de los datos. Según el informe de Accenture, el valor del mercado de datos digitales de Indonesia se estima en 6.200 millones de dólares estadounidenses en 2025, con un crecimiento anual del 14 por ciento.

Sin embargo, si los datos se procesan y monetizan en el extranjero, Indonesia no disfruta el valor económico agregado, sino por empresas extranjeras.

Por otro lado, el gobierno pierde potencial fiscal y gravámenes, porque el procesamiento de datos Las actividades ocurren fuera de la jurisdicción nacional. Los ecosistemas de innovación local también se debilitarán, porque los datos que deben usarse para la investigación y el desarrollo de productos nacionales en realidad son propiedad de partes externas.

Píldoras de creencias digitales

En medio de la rápida transformación digital, la seguridad de los datos y la protección del cliente son la base principal de la confianza pública en los servicios digitales. Cuando los datos personales como la identidad, la ubicación, las preferencias de gasto, hasta que la biometría cambia de manos a entidades extranjeras, el riesgo de fugas y abuso aumenta drásticamente.

Los estudios del Índice de Fideicomiso Digital 2025 muestran que el 72 por ciento de los usuarios digitales indonesios expresaron su preocupación por su seguridad de datos, especialmente si lo administran empresas extranjeras. La confianza del cliente en las plataformas digitales depende mucho de la transparencia, el control y las garantías legales para sus datos.

Si el gobierno no puede garantizar la seguridad de los datos, entonces los clientes serán reacios a usar servicios digitales, especialmente aquellos que involucran transacciones financieras o datos confidenciales. La reputación de las empresas locales puede verse afectada, ya que se considera incapaz de proteger los datos del usuario.

Mientras tanto, el riesgo de ataques cibernéticos aumenta, porque los datos dispersos en el extranjero son más vulnerables a la explotación de partes irresponsables.

Por lo tanto, la protección de datos no solo son problemas legales, sino también problemas comerciales y confianza. Sin garantías de seguridad, la economía digital de Indonesia será difícil de crecer de manera continua.

Soluciones y recomendaciones

Algunos pasos que se pueden tomar para lidiar con este problema son primero, la auditoría de transparencia del acuerdo. El gobierno necesita abrir un documento de acuerdo de comercio público y explicar la cláusula relacionada con los datos personales.

Segundo, evaluación del mecanismo adecuación. La transferencia de datos debe realizarse solo al país con estándares de protección de datos equivalentes o más altos.

Tercero, Fortalecimiento de las regulaciones y la aplicación de la ley. Es necesario que haya una institución independiente que supervisa la transferencia de datos del país cruzado y garantice el cumplimiento de la ley PDP.

Cuarto, educación pública sobre derechos digitales. La comunidad debe tener una comprensión de la importancia de la privacidad y el derecho a sus datos personales.

Quinto, colaboración regional. Indonesia puede fomentar la formación de estándares regionales de protección de datos en la ASEAN, como un contrapeso al dominio de la tecnología global.

El acuerdo de Trump no es solo un problema arancelario, sino también una prueba del compromiso de Indonesia en el mantenimiento de la soberanía digital. Si este acuerdo no está protegido de cerca, no solo perdemos datos, sino que también perdemos el control de nuestro propio futuro digital.

*) El Dr. Joko Rurianto es un profesional en el campo de las telecomunicaciones, escribiendo activamente revistas estratégicas de marketing y alfabetización de tecnología digital en prácticas comerciales modernas



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